divendres, 13 de novembre del 2015

Demagogia feminista e inversión de valores

Los estudios científicos independientes muestran repetidamente que la violencia doméstica es bidireccional y simétrica (Archer, 2000Straus, 2010 y un resumen en español). Es decir, que hombres y mujeres son tanto perpetradores como víctimas en este tipo de delitos. Por supuesto, hay diferencias en los patrones de agresión debido a que los dos sexos están expuestos a distintas presiones sociales y en suma a que tienen distintas naturalezas. Por ejemplo, y analizando la violencia familiar en toda su extensión, según datos del Departamento de Salud y Servicios Sociales de EE.UU el 65% del abuso infantil lo cometen mujeres (ver también anexos 17 a 21 del “informe Iceberg). A partir de la adolescencia, esta tendencia se invierte, según los datos, clásicos ya, de Daly y Wilson.

En España resulta tortuoso averigüar cuántos hombres mueren a manos de sus parejas cada año porque este dato es escamoteado de las estadísticas oficiales o bien porque no suele exponerse públicamente. Según la estadística del ministerio del Interior hasta 2006 aproximadamente moriría un hombre a manos de su mujer por cada cinco mujeres asesinadas. Para El País, que rebaja algo el porcentaje, son “Pocos, pero también víctimas”: “Apenas rondan el 9% de esta siniestra estadística. Y tal vez sea esa la razón que explica la ausencia de estudios sobre las víctimas masculinas e incluso una menor ayuda ante su desgracia”.

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