dimecres, 23 de setembre del 2015

El conflicto real en Cataluña se da entre quienes se ganan la vida vendiendo bienes y quienes se la ganan vendiendo ilusiones


Las peligrosas ilusiones de Cataluña
[Benito Arruñada & Víctor Lapuente Giné]

La próxima elección parlamentaria de Cataluña podría convertir la rica región noreste de España en el primer estado en separarse de la Unión Europea. Pero, cuanto más probable parece que los separatistas ganen una mayoría de escaños, más se hacen oír las voces opuestas a la secesión. El común de los catalanes comienza a darse cuenta de que pagaría la factura de la independencia mientras que los posibles beneficios se los apropiaría una élite intelectual cada vez más poderosa.

La radicalización de Cataluña parece desconcertante. En 1978, un abrumador 90,5 % de los catalanes (tres puntos por encima de la media nacional) votó a favor de la Constitución Española, la cual otorga a las regiones un régimen de autogobierno en áreas tan importantes como la policía, la educación, la salud, la radio y la televisión. Durante los últimos 37 años, Cataluña ha gozado de prosperidad económica sin precedentes. ¿Por qué los catalanes se muestran ahora dispuestos a romper con España y arriesgarlo todo?

La mayoría de los analistas creen que el separatismo se debe a factores económicos. Catalanes ricos, reacios a subvencionar a regiones españolas más pobres, se han aliado con radicales de izquierda que proponen el tipo de populismo nacionalista que la crisis económica y el malestar han impulsado en la periferia de la Unión Europea.

Los separatistas afirman que un estado pequeño, abierto, que permaneciera en la UE y la OTAN, no sólo sería viable sino también óptimo en términos de rendimiento económico y cohesión social. Pero los costes de la transición sería inmensos, y hay serias dudas de que un país que se haya separado de manera unilateral de otro estado miembro de la Unión Europea pueda permanecer en la UE, o incluso volver a entrar.

Por otra parte, la experiencia de Cataluña con la autonomía sugiere que sus posibilidades de convertirse en un país de alto rendimiento son escasas. De hecho, tras numerosos escándalos de corrupción que han afectado a sus principales instituciones, su calidad de gobierno se sitúa al nivel de Portugal. Si los líderes catalanes han dilapidado la oportunidad de construir una mejor administración en las áreas que controlaban, ¿cómo cabe esperar que se superen al crear un estado independiente?

Claramente, hay otros factores en juego en el separatismo catalán. Bajo motivaciones aparentemente pragmáticas se encuentra la dudosa búsqueda de rentas por el grupo que Samuel Coleridge llamó la “clerecía” —quienes viven de crear, preservar y difundir la cultura nacional. De hecho, es este grupo, y no la burguesía o el proletariado radical, el que en el pasado también lideró los esfuerzos para lograr la independencia catalana.

Sin duda, toda sociedad moderna necesita una clerecía reflexiva. Pero este grupo tiene sus propios intereses. Como ha señalado la economista e historiadora Deirdre McCloskey, mientras que la burguesía sustenta económicamente a la clerecía, en tiempos de crisis la clerecía tiende a promover fantasías anti-burguesas, desde el nacionalismo al comunismo.

El autogobierno ha sido altamente provechoso para la clerecía catalana, pues ha subvencionado la difusión de todo tipo de creencias, como un glorioso pasado en Cataluña antes de ser “conquistada” por España. Igualmente, ha alimentado la visión de un futuro independiente como la “Dinamarca del Mediterráneo”.

Décadas de control sobre los presupuestos de educación y cultura han producido una clerecía formidable, integrada por legiones de apparatchiks políticos, funcionarios, escritores, académicos, docentes, trabajadores de ONGs, periodistas, y productores de televisión, entre otros. Muchos de ellos vieron las políticas de austeridad y liberalización adoptadas por Madrid (pero generalmente dictadas por la UE) como una amenaza contra su medio de vida. Cualquiera que sea el resultado del actual proceso secesionista, la clerecía no perderá. En una Cataluña independiente, obtendrían altos cargos en el nuevo gobierno. Si el proceso encalla, la mayoría retendrá sus blindados trabajos en el sector público. Y si se alcanza un compromiso de “tercera vía” que expanda la autonomía catalana, los subsidios a los medios de comunicación y a las actividades culturales quedarán a salvo de las políticas de austeridad. Esto facilitará que la clerecía pueda organizar un nuevo reto soberanista en un futuro próximo.

Para los demás catalanes, sin embargo, las relaciones turbulentas con el resto de España generan una grave incertidumbre. Muchas de sus inversiones, ingresos, o trabajos dependen de clientes, proveedores y empleadores situados en el resto de España. En otras palabras, el reto soberanista crea claros ganadores y perdedores dentro de la sociedad catalana.

Esta situación no es nueva. El historiador John Elliott describe el papel de la clerecía catalana al fomentar la rebelión contra la corona española en 1640. Sólo cuando la situación se les fue de las manos, nobles y mercaderes catalanes se dieron cuenta de que era peor el remedio que la enfermedad. De forma parecida, en dos ocasiones durante el siglo XX la burguesía industrial catalana acabó apoyando soluciones autoritarias en España como respuesta a la radicalización de la clerecía catalana.

Entonces, como ahora, el conflicto real en Cataluña se da entre quienes se ganan la vida vendiendo bienes y quienes se la ganan vendiendo ilusiones.

Benito Arruñada is a professor in the Department of Economics and Business at Pompeu Fabra University in Barcelona | Victor Lapuente Giné is a professor of political science at the University of Gothenburg in Sweden

La Comisión Europea no se explica el error en su declaración sobre la independencia de Cataluña

En la respuesta firmada por Juncker, en la versión en español se pronunciaba contra la independencia de Cataluña y en la inglesa dice que la CE no opina sobre asuntos internos.


Versión en español
ES E-011776/2015 Respuesta del presidente Juncker en nombre de la Comisión (21.9.2015)

La Comisión remite a Su Señoría a la respuesta dada a la pregunta escrita P-009058/2014 .

No le corresponde a la Comisión manifestar su opinión sobre cuestiones de organización interna relacionadas con las disposiciones constitucionales de un Estado miembro en particular.

La Comisión recuerda en este contexto que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 4, apartado 2, del TUE, la Unión debe respetar la «identidad nacional [de los Estados miembros], inherente a las estructuras fundamentales políticas y constitucionales de éstos, también en lo referente a la autonomía local y regional. Respetará las funciones esenciales del Estado, especialmente las que tienen por objeto garantizar su integridad territorial». La determinación del territorio de un Estado miembro está únicamente establecida por el Derecho constitucional nacional, y no por una decisión de un Parlamento autonómico contraria a la constitución de dicho Estado.


Versión en inglés
EN E-011776/2015 Answer given by President Juncker on behalf of the Commission (21.9.2015)

It is not for the Commission to express a position on questions of internal organisation related to the constitutional arrangements of a particular Member State.

The Commission would refer the Honourable Member to its answer to written question P-009058/2014.

"La versión en inglés es la que aprobó Jean-Claude Juncker. Estamos investigando las discrepancias con la traducción al español, que no refleja lo que la presidencia había aprobado", ha explicado a EL MUNDO Natasha Bertaud, portavoz de la Comisión.

A los votantes de Cataluña. Por la responsabilidad civil


Acto de Libres e Iguales en el Ateneo de Madrid


"Si el 27 de septiembre el secesionismo catalán gana las elecciones, usted, votante en Cataluña, no podrá decir: yo no sabía.

Yo no sabía que las urnas habían respaldado la liquidación de los derechos de ciudadanía del conjunto de los españoles.

Yo no sabía que la intención de los vencedores era convertir a mi vecino, por decreto, en un extranjero.

Yo no sabía que la Unión Europea se negaría a aceptar entre sus miembros a un territorio surgido de una secesión unilateral.

Yo no sabía que la separación de España supondría la ruina económica para una generación de catalanes.

Yo no sabía que una declaración ilegal de independencia podía comportar la suspensión de la autonomía.

Durante demasiado tiempo la crítica pública al proyecto secesionista se ha limitado a la conducta de algunos partidos políticos y, singularmente, a la del gobierno de la Generalidad, con su presidente a la cabeza. Como si su conducta desleal e irresponsable fuera la única causa de la crisis.

Ese razonamiento esconde una consideración disminuida del ciudadano, propia de un pensamiento totalitario. En un Estado democrático los responsables de las decisiones políticas son los ciudadanos. Ellos son los que eligen y disponen.

Absolverlos de su responsabilidad; justificar su actitud como resultado de la ignorancia o la manipulación; o rendirse a sus errores porque están dictados por sentimientos supuestamente positivos. Todo eso degrada al ciudadano a la condición de súbdito y reforma furtivamente la primera decisión constitucional.

En Cataluña, una parte de los ciudadanos ha seguido las consignas narcisistas y antidemocráticas del secesionismo. Su irresponsabilidad es una amenaza a la libertad, a la igualdad, al bienestar y a la seguridad de todos los españoles.

Estos ciudadanos deben saber a lo que se enfrentan y cuáles van a ser las consecuencias inexorables.

Y también deben saberlo esa mayoría de ciudadanos que contemplan cada etapa del proceso insurreccional con un estupor paralizado o con una indiferencia cívica constatable.

El apoyo a la independencia es minoritario en Cataluña. Sería inconcebible que, no siendo mayoría los independentistas por activa, lo acabaran siendo por pasiva.

De ahí la necesidad de que el rechazo social a la independencia se traduzca en un nítido rechazo electoral.

No hay punto medio entre la democracia y el totalitarismo. Y, en consecuencia, no hay abstención éticamente justificable.

Cuando el Estado de derecho se enfrenta a una agresión ideada y ejecutada desde las instituciones, la abstención de los ciudadanos supone la sumisión a la ilegalidad, cuando no su apoyo implícito.

El yo no sabía del abstencionista es la peor versión de la irresponsabilidad.

Libres e Iguales pide a los ciudadanos de Cataluña que no voten como lo que no son: paisanos de una comarca ficticia que deciden frívola y mágicamente sobre cualquier asunto. Y que, por el contrario, voten como lo que sí son: ciudadanos de una comunidad con influencia decisiva en un Estado de derecho real.

Los responsables finales de la involución que sufre Cataluña son los votantes. A ellos les toca frenarla.

Esta noche, a cinco días de la elección, Libres e Iguales pide a los catalanes que voten como ciudadanos que saben y contestan."

En Madrid, a 22 de septiembre de 2015

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El Mosso Boadella expulsa a Vargs Llosa y Santiago González




Un yihadista suicida rompe a llorar antes de ser enviado a la muerte en Siria

'Collons de procés!' [CARLES SANS Actor de Tricicle]



Tras las cercas


El periodista holandés Danny Ghosen se hizo pasar por un refugiado sirio y fue encerrado en un campo al aire libre en Croacia en dónde los migrantes tenían que dormir en el suelo unos junto a otros para darse calor. Muchos de los refugiados llevaban una semana o más en esas condiciones. Ghosen escapó trepando por una cerca de alambre de púas durante la noche.

Sánchez dice que Cataluña no es nación y que no habrá referéndum vinculante


"Si el día 27 gana el sí a la independencia y yo soy presidente del Gobierno en diciembre me reuniría con Mas. Le diría que el referéndum vinculante no está previsto en la legalidad y que proponemos reformar la Constitución. Pero la nueva Constitución no incluiría la opción de un referéndum vinculante. No puedo ser más claro. Hablaríamos de un nuevo estatuto en Cataluña que refuerce el autogobierno de Cataluña y mejore su financiación". Seguir leyendo...

Linde se ratifica en que 'existe el riesgo de corralito'



"Yo no saqué el tema, respondí a una pregunta y, aunque dudé unos momentos, pensé honradamente que tenía que contestar". Linde ha matizado, no obstante que, como ve "casi imposible" el supuesto de secesión, considera "altamente improbable" que se produzca un control de capitales en Cataluña, aunque se ha ratificado en que "el riesgo existe".
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Sin embargo, en medios soberanistas se publica a bombo y platillo que Linde se ha retractado:




La Vanguardia engaña en este titular porqué Linde no ve AHORA esa casi imposibilidad sino que ya el mismo día en que respondió a la pregunta sobre la posibilidad de un corralito en Cataluña añadió que era 'altamente improbable'. No hace falta mucho trabajo encontrar en las hemerotecas estas declaraciones de hace tan solo dos días...



Javier Solana: "Mediante la ruptura de la legalidad, no podrán ser miembros de la UE



El canto del cisne soberanista

La geopolítica destruirá al nacionalismo catalán. Estamos viviendo el período final de una ensoñación que ha contado con la credulidad de centenares de miles de ciudadanos. El éxito de las candidaturas independentistas es la garantía del fracaso del movimiento, de su destrucción. By Free Analyst...

Los Mossos controlan la frontera catalana la madrugada que Artur Mas proclama la independencia

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Quieren quedarse con el pastel del movimiento soberanista que Mas ha alentado e intentado capitalizar


Policías descontentos han recopilado los datos de sumarios judiciales para demostrar que el PP se financió irregularmente desde los tiempos de Azna



Catalá recuerda que un juicio penal a los líderes catalanes forma parte de las reglas de juego


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El PP ha vetado la presencia de Aznar en Cataluña durante la campaña electoral


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El Govern da marcha atrás en su amenaza de no pagar la deuda



JP Morgan alerta que cuanto mayor sea el triunfo de los partidos secesionistas, más se encarecerá el coste de la deuda española en los mercados secundarios



Sí, Rajoy es tonto y patético, pero @carlos__alsina y el resto tampoco es que vayamos muy sobrados