dijous, 12 de maig del 2016

Boadella responde a la caballeras


Madrid, 9 de mayo de 2016

Respetables caballeras,

Contesto a su insólita carta en la que nos comunican la "investigación" sobre porcentajes de machos y hembras en las programaciones 2013-14 y 2015-16 de los Teatros del Canal. Me parece entrever que esta singular operación de fisgoneo y vigilancia al teatro conlleva el ostentoso propósito de firmar una carta de igualdad. Una firma que algunos cándidos y bienintencionados teatros han estampado ya jubilosamente. Digo jubilosamente en referencia al público pues a partir de la sagrada alianza con la igualdad, este podrá asistir jocoso a unas originales representaciones como consecuencia del modelo estipulado. Es posible que Tartufa, Edipa, Otela, La tía Vania, La venganza de Doña Menda o La Perra del Hortelano, se conviertan en los nuevos éxitos de la cartelera fomentados por el cumplimiento del acuerdo.

No dudo que el resultado puede alentar una llamativa novedad en las corrientes vanguardistas de la escena. No obstante, me permitirán respetables caballeras que por mi parte no estampe la firma a tan pintoresco propósito. De hacerlo, estaría incurriendo en una redundancia inaceptable en relación a mi gremio. Desde hace siglos este gremio viene practicando una igualdad ejemplar entre machos, hembras y todas las variantes de estos géneros. Los unos y los otros han sido retribuidos por igual en función del talento individual o las peculiaridades físicas. A través de la historia, la farándula ha significado el mayor espacio conocido de libertad e igualdad. Se ha vivido y fornicado por todas las aberturas posibles en igualdad de condiciones y prestigio. Como consecuencia de tales libertades sufrimos cantidad de "investigaciones" de la inquisición con algunos finales de acto en la hoguera.

No puedo dudar de sus intenciones que son de buen seguro sacrificadas y benignas. Sin embargo, al percibirlas por escrito, mi memoria genética dispara un ligero calofrío en recuerdo de ancestrales persecuciones del brazo secular.

Muy estimables doncellas, la totalidad de mi gremio y en particular los Teatros del Canal, no requieren más servicios de vigilancia que los contratados con las empresas de seguridad. Sería una vejación para las señoras titiriteras que su trabajo fuera consecuencia de una norma impuesta y no de sus méritos profesionales como siempre ha sucedido. En cualquier caso, vista su vocación celadora me atrevo a sugerirles que esta meritoria labor estaría mejor empleada en otras variantes escénicas. Concretamente, en las representaciones religiosas donde los protagonistas son siempre del mismo género. En este sentido, tampoco sería necesario "investigar" sus temporadas porque llevan siglos con idéntico reparto.

Con el deseo de que su estimable misión encuentre otro espacio más apropiado reciban mi más cordial saludo.

Albert Boadella Director de los Teatros del Canal
Esta es la respuesta a la carta de la Asociación 'Clásicas y Modernas' para la igualdad de género en la cultura que publicó Arcadi Espada en su blog de El Mundo.





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