dilluns, 9 de maig del 2016

Una hoja de ruta para un nuevo renacer europeo

Nueve periódicos nacionales europeos, entre los que hay Le Figaro, El País, Die Welt, La Repubblica y Gazeta Wyborcza, publican hoy el manifiesto 'Para una nueva Europa' firmado por 17 personalides del conmtinente, entre ellas ex comisarios, eurodiputados como Guy Verhofstadt o Daniel Cohn-Bendit, ex jefes de las instituciones de la UE, como Mercedes Bresso (Comité de las Regiones) o ex jefes de gobierno europeos como Felipe González. El texto en inglés, aquí, La traducción al español, de Mª Luisa Rodríguez Tapia para El País, es esta:
Sea cual sea el resultado del referéndum británico, los europeos necesitan ya un nuevo aliento. Es mucho lo que está en juego: evitar la marginación de Europa, no solo desde el punto de vista económico y político, sino también moral y cultural. Nuestro desafío común es reconectar cuanto antes con unos ciudadanos desorientados para volver a crear una Europa influyente, que tenga un proyecto de futuro y de esperanza para todos; en caso contrario, moriremos. Si no damos este nuevo impulso político a nuestros conciudadanos, los demonios populistas que ya casi nos han destruido vencerán. La Historia varía en sus formas, pero el resultado volvería a ser desastroso.

Para lograr una nueva dinámica debemos valorar nuestros éxitos: la Unión Europea es la entidad política, económica y social más solidaria, menos injusta, más democrática, más pacífica y más variada que ha conocido la humanidad, “uno de los mayores triunfos políticos y económicos de la época moderna”, según el presidente Obama. Hacer respetar sus valores y convertirla en un motor de progreso para todos exige adoptar una estrategia de envergadura.

Necesitamos ya, sin falta, una hoja de ruta precisa. Que se pongan manos a la obra las instituciones europeas y todos los Estados miembros, o, por lo menos, un grupo de países dirigido por Francia y Alemania. Para restablecer la confianza y dar nuevo impulso a la dinámica europea proponemos seis iniciativas estratégicas:

1. Es primordial fortalecer la democracia europea. ¿Cómo considerarse europeo sin una cultura ciudadana compartida? Los Estados deben poner en marcha una educación cívica común y comprometerse a que el futuro presidente de la Comisión se elija en función del resultado de las urnas. Además, es necesario aclarar las normas para que los referendos sobre la pertenencia a la UE no se conviertan en mercadeos. Una Europa a la carta no es una opción.

2. Es indispensable una iniciativa estratégica de seguridad y defensa de los ciudadanos de la UE. Los Estados deben cumplir sus compromisos en materia de seguridad interior —intensificar los intercambios policiales (Europol), judiciales (Eurojust) y de información— y, en el plano exterior, poner en práctica una política de fronteras moderna, basada en un cuerpo europeo de policía de fronteras e infraestructuras de control y acogida que respeten nuestros valores. Al mismo tiempo, la Unión debe emprender una política de estabilización de las regiones vecinas en todos los ámbitos: económico, cultural, diplomático y militar.

3. La tercera iniciativa está relacionada con los refugiados. El acuerdo con Turquía no es una solución a largo plazo. El país está desbordado y el tráfico de personas prospera utilizando otras rutas. Europa debe escoger otra vía: acoger, integrar, formar y preparar las condiciones para un regreso de los refugiados a sus países. No se trata de recibir a todos, sino a los que estén dispuestos a integrarse y aceptar nuestros valores. Y los ciudadanos europeos solo aceptarán una política así si se mejora su vida cotidiana.

4. Ese es el reto de la segunda fase del plan Juncker para reimpulsar el crecimiento: invertir en los sectores con más futuro, capaces de promover la creación de empleos de proximidad, modernizar de forma duradera nuestra economía y consolidar nuestra ventaja competitiva. Todo ello, dentro de una política industrial común de ataque que permita recuperar nuestra autonomía. Por ejemplo, un plan de desarrollo y restauración del hábitat, con la utilización de nuevos materiales y tecnologías digitales, transformaría la vida de nuestros conciudadanos y nos otorgaría el liderazgo mundial en el sector. Asimismo, proponemos otros tres planes centrados en el transporte, las energías renovables y las competencias digitales del futuro.

5. En cuanto a la zona euro, hay que reforzar su potencial de crecimiento y su capacidad de hacer frente a choques asimétricos y favorecer la convergencia económica y social. Para ello es necesario asignar nuevas prerrogativas al Mecanismo Europeo de Estabilidad. En concreto, proponemos una competencia presupuestaria para la eurozona y la rápida culminación de la unión bancaria, al mismo tiempo que se corrigen sus defectos.

6. La sexta iniciativa es un Erasmus para alumnos de secundaria. El objetivo es sencillo: democratizar Erasmus y ampliar el horizonte cultural de todos los jóvenes europeos, con el fin de fomentar la igualdad de oportunidades y el sentimiento de pertenencia a un proyecto común.

Estas iniciativas pretenden volver a situar al ciudadano en el centro del proyecto y estimular el crecimiento, el empleo y la innovación. Es posible ponerlas en marcha, si existe la voluntad política necesaria, en los próximos dos años y medio. Roosevelt lo hizo en 1933 con el New Deal. Nuestras economías avanzadas tienen esa capacidad, gracias a los márgenes no utilizados del presupuesto europeo y al empleo de nuevos recursos. Entre las soluciones que hay que contemplar están la disponibilidad de recursos propios y la solicitud de un préstamo al BEI.

A medio plazo, la movilización y la reflexión colectiva de los ciudadanos europeos deben ser las premisas de una nueva conferencia intergubernamental o de un nuevo convenio europeo, para convertir a Europa en una gran potencia democrática, cultural y económica que garantice en su interior la solidaridad y los derechos fundamentales, hoy en peligro, una potencia que se dote de los medios para ejercer su soberanía. El nuevo tratado que pudiera salir de ese debate no se aplicaría más que a los Estados que desearan una mayor integración y estuvieran convencidos de que el interés general europeo no se limita a la suma de los intereses nacionales.

Todo esto solo será posible si las docenas de millones de europeos que creen que nuestro futuro lo escribimos unidos empiezan a movilizarse ya. Únanse a nosotros.
Los firmantes:
Guillaume Klossa (FR), writer, initiator of the roadmap and founder of EuropaNova, former Sherpa to the reflection group on the future of Europe (European Council)

László Andor (HU), former European Commissioner

Lionel Baier (CH), filmmaker

Michel Barnier (FR), former Minister of foreign affairs and former Vice-President of the European Commission, European Popular Party

Mercedes Bresso (IT), MEP, former President of the Committee of the Regions

Daniel Cohn-Bendit (DE-FR), former President of “The Greens” Group, European Parliament

Georgios Dassis (GR), trade unionist, President of the European Economic and Social Committee

Philippe de Buck (BE), former Director general of Business Europe, member of the European Economic and Social Committee

Felipe González (ES), former Prime Minister, former President of the reflection group on the future of Europe (European Council)

Kirsten van den Hul (NL), writer and editorial writer

Danuta Hübner (PL), former European Commissioner, president of the Committee of Constitutional Affairs, European Popular Party, European Parliament

Robert Menasse (AT), writer

Sofi Oksanen (FI), writer

Maria João Rodrigues (PT), member of EU Presidency teams, former Minister, Vice-Chair of the Socialists and Democrats Group, European Parliament

Roberto Saviano (IT), writer

Gesine Schwan (DE), President of the Humboldt-Viadrina Governance Platform

Guy Verhofstadt (BE), former Prime Minister, Chairman of the ALDE Group, European Parliament


Un 45% de los electores de ocho grandes países europeos quiere poder decidir si sigue o no en la UE
Nearly half of voters in eight big European Union countries want to be able to vote on whether to remain members of the bloc, just as Britons will in a referendum next month, according to an opinion poll published on Monday.

Forty-five percent of more than 6,000 people surveyed in Belgium, France, Germany, Hungary, Italy, Poland, Spain and Sweden said they wanted their own vote, and a third would opt to leave the EU if given the chance, poll firm Ipsos-MORI said.

The size of the potential "Out" vote ranges from as high as 48 and 41 percent in Italy and France respectively to as low as 22 and 26 percent in Poland and Spain, the firm said.
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