dimecres, 10 de febrer del 2016

Sátira política

'Es imposible imaginar, no sé, a Begoña Villacís poniendo titiriteros en las calles con una excitante historia llamada La caza del perroflauta. Donde a los rastas, coletas y meonas, les meten la flauta por el culo hasta matarlos. Sería pura “sátira política”, si así lo dicen Pisarello y la Niña del Pis. Pero a Villacís no le sale. Ella no es así. Bueno, ni Villacís, ni nadie fuera del mundo de Potemos y sus primos batasunoides.'