divendres, 29 de desembre del 2017

Tabarnia y el regreso a la Edad Media

La eclosión de Tabarnia como espejo provocador en el que el separatismo nacionalista catalán se refleja como caricatura ha tenido un éxito tan fulgurante como imprevisible. La mayoría se arrellana en su ironía, pero algunos temen que el fenómeno desate fuerzas que sea incapaz de contener. Es pronto para saber en lo que derivará. Parece que ha venido para quedarse, pero lo más probable es que se marchite cuando se apague el foco mediático.

Sea como sea, Tabarnia y especialmente algunas de las cosas que se están escribiendo sobre ella, me han hecho recordar una idea política que se popularizó a finales del siglo pasado, poco antes del nuevo milenio, conocida como neomedievalismo o regreso a la Edad Media. Esa idea fue desarrollada en 1977 por Hedley Bull en su libro The Anarchical Society: A Study of Order in World Politics. Según Bull, la globalización ha dado lugar a un sistema internacional semejante al medieval, donde ni los estados ni la Iglesia, ni otros poderes territoriales, ejercieron la plena soberanía, sino que participaron en soberanías complejas, superpuestas e incompletas en lugar de una única autoridad política en forma de estado con total soberanía territorial.

Hedley Bull vio que esa compleja combinación de organizaciones nacionales, sub y supranacionales o internacionales podrían ayudar a "evitar los clásicos peligros del sistema de estados soberanos mediante una arquitectura de estructuras superpuestas y lealtades transversales que mantengan unidos a todos los pueblos en una sociedad universal evitando al mismo tiempo la concentración inherente a un gobierno mundial". Más allá de la ONU, la más lograda y relevante de esas estructuras superpuestas y lealtades transversales es la Unión Europea.

De las muchas cosas que se publicaron en esos años sobre el tema he recuperado dos artículos. El primero, de Pasqual Maragall de 1993 en el que plantea el papel de las Regiones y las Ciudades en el seno de la Unión Europea, mentando explícitamente a las 'regiones nacionales [que] quieren participar de aquello que su ausencia de Estado les ha quitado: la soberanía'. El segundo, un artículo publicado por el The New York Times en enero de 1999 [en español, aquí] que responde a la pregunta: ¿Es posible que el ciberespacio y la globalización económica estén empujando el mundo moderno hacia un retorno a la Edad Media? 

Los dos artículos evidencian, uno desde la gestión política y el otro desde la opinión académica, que el poder se dispersa, los estados-nación delegan soberanía y aparecen nuevos actores y nuevos poderes que se superponen y se combinan entre sí. Y no solo eso, apuntan también a la búsqueda de un nuevo 'centro', una nueva autoridad de referencia, 'algo así como el anhelo medieval de restaurar el Imperio Romano' en palabras de Stephen J. Kobrin. Un anhelo que empezó en la ONU y que se desarrolló en la Unión Europea.

Esa fragmentación del poder único del estado -que es lo que históricamente ha permitido que surgiera la democracia liberal- asusta a conservadores y socialdemócratas. Atrapados en su tradicional intervencionismo público temen una deriva anárquica y caótica, una fragmentación social y territorial, que aumente inevitablemente la desigualdad en beneficio de los más poderosos. Reaparece el proteccionismo y el nacionalismo, que ven la crisis producida por la globalización más como tragedia que como esperanza, más como problema que como solución. Y se enfrentan a ella como si fuera una etapa más del viejo combate que, desde el siglo XIX, opone la democracia liberal de mercado al socialismo estatista en todas sus franquicias.

El izquierdismo populista enarbola de nuevo los puños y las banderas rojas de la hoz y el martillo -tan asesinas o más que las banderas rojas de la cruz gamada y los brazos en alto- en un ejercicio de ensimismamiento político y fantasía ideológica a años luz de la realidad. Ni se trata del enésimo final del capitalismo, ni del fin de la democracia liberal. Por el contrario, el formalismo democrático-liberal -que se fundamenta en la división del poder como antídoto frente al poder absoluto- parece mejor dotado que el encorsetamiento dirigista para encauzar las transformaciones revolucionarias que se están desarrollando en las maneras de producir y de vivir. Entramos en otro mundo, pero conservadores y socialistas siguen en el anterior.

Los grandes cambios políticos y culturales de la humanidad -el Renacimiento, la Ilustración, la Revolución industrial...- encontraron en el pasado inspiración para abrir las puertas del futuro. Ahora, y por paradójico que pueda parecer, la Edad Media, que tan mala prensa histórica tiene como supuesta era de estancamiento, oscuridad y fanatismo, nos permite encontrar referentes para una sociedad internacional a la que los territorios, las identidades y los estados-nación se le han quedado pequeños, casi obsoletos, pese a que haya quién se empeñe en resucitarlos.

¿Que tiene que ver Tabarnia con todo eso? Nada y mucho. Nada, si se queda como espejo provocador del separatismo. Mucho, si se desarrolla como nueva 'estructura superpuesta' con 'lealtad transversal' en el marco jurídico-político de España y la UE. ¿Bueno o malo? Bueno, si se formula democráticamente, desde el respeto a las leyes y sin lesionar los derechos de nadie. Malo, si actúa como alter ego del separatismo nacionalista.










dijous, 28 de desembre del 2017

¿El futuro es medieval?


¿Es posible que el ciberespacio y la globalización económica estén empujando el mundo moderno hacia un retorno a la Edad Media?

Han transcurrido un par de décadas desde que Hedley Bull, por entonces profesor de relaciones internacionales de Oxford, ya fallecido, planteó la posibilidad de que el sistema de naciones-Estados vigente fuera sustituido por "un equivalente moderno y laico del tipo de organización política que existió en el Occidente cristiano durante la Edad Media". Desde entonces, numerosos investigadores han procurado explicar los cambios en el mundo actual estableciendo analogías con la Europa medieval.

Este neomedievalismo se fundamenta, básicamente, en que diversas presiones han llevado al sistema moderno de naciones -cuyo origen se remonta, por lo general, al Tratado de Westfalia (1648), que puso fin a la Guerra de los Treinta Años- a una situación, si no ya de total desmoronamiento, al menos de indudable y profundo debilitamiento.

Dispersión de la autoridad

En otro tiempo, las naciones-Estados ejercían una soberanía absoluta sobre un territorio claramente definido, "atando en un haz" -como dijo James Anderson, docente de la Universidad Abierta de Gran Bretaña- las responsabilidades por todos los aspectos de la vida "civil, moral y espiritual" de sus ciudadanos. No existía ninguna autoridad por encima del soberano de ese Estado, ya fuese un rey o un parlamento.

Hoy, las naciones-Estados ven cómo su haz de responsabilidades tradicionales es "desatado" por una combinación de fuerzas. El surgimiento de las multinacionales y los mercados globales limitan su influencia económica. El ciberespacio e Internet no pertenecen a nadie. Las naciones-Estados delegan una parte cada vez mayor de su soberanía al agruparse en organizaciones internacionales, reconociendo que muchas de sus aspiraciones sólo pueden lograrse mediante una acción concertada.

Esto hace que el ciudadano moderno pueda verse sometido a toda una gama de autoridades que, a menudo, se superponen.

Por ejemplo, un habitante de la Unión Europea ve moldeada su vida por las decisiones de las autoridades locales, los parlamentos nacionales, los eurócratas sin rostro de la Comisión de Bruselas y una hueste de entidades internacionales tales como la OCDE, numerosas agencias de la ONU y, desde el 1º de enero, el nuevo Banco Central europeo con su nueva moneda única, el euro.

Antes de la nación-Estado

La complejidad y dispersión crecientes de la autoridad moderna despiertan en algunos investigadores el recuerdo de la Edad Media, cuando aún no se había inventado la nación-Estado, los límites de los reinos solían ser vagos y quedaban librados a las circunstancias de las guerras y los matrimonios dinásticos, y muchos centros de poder diferentes competían por las influencias.

"En vez de basarse en el territorio -dice Anderson-, la soberanía política más bien era compartida por una amplia variedad de instituciones laicas y religiosas y diferentes niveles de autoridad: nobles y señores feudales, reyes y príncipes, gremios y ciudades, obispos, abades y papas."

"En la Europa medieval, el poder político y la autoridad no estaban definidos en forma geográfica -sostiene Stephen J. Kobrin, de la Universidad de Pensilvania, en un trabajo publicado recientemente por el Journal of International Affairs-. Tal vez tampoco lo estén en una economía mundial digitalizada, organizada en redes electrónicas superpuestas. Pensar en la Edad Media, el último período premoderno, quizá nos ayude a imaginar posibilidades para un futuro posmoderno."

Se entrevén otros paralelos. Acaso el cristianismo ya no sea la religión universal, pero algunos, particularmente en los Estados Unidos, sostienen que la democracia y los mercados libres están próximos a desempeñar un papel similar como una ideología de aceptación casi universal.

Richard Matthew, politicólogo de la Universidad de California (Irving), ha sugerido que el ecologismo está a punto de convertirse en una versión contemporánea del cristianismo por ser una causa global que trasciende las fronteras nacionales.

Kobrin cree que, al empezar a desmoronarse el mundo de las naciones-Estados independientes, se ha emprendido la búsqueda de "un centro", de algún organismo con la autoridad universalmente aceptada que reclamaban para sí los papas medievales. No sólo la ONU, sino casi todas las organizaciones intergubernamentales existentes fueron creadas después de la Segunda Guerra Mundial. "Es algo así como el anhelo medieval de restaurar el Imperio Romano", señala.

Castillos y señores

También descubre un paralelo entre los castillos, servidores y ejércitos privados de la aristocracia medieval y el aumento de la criminalidad, los barrios cerrados y las agencias de seguridad privadas en el mundo actual. Ve en esto un síntoma de debilitamiento del tradicional monopolio estatal del poder coercitivo.

En su descripción del colapso de la autoridad civil en gran parte del África Occidental, el escritor Robert Kaplan advierte que en algunas regiones las naciones-Estados van siendo reemplazadas por "un esquema de ciudades-Estados, barriadas-Estados y regionalismos nebulosos y anárquicos" que recuerdan los siglos de oscurantismo transcurridos entre la caída de Roma y el mundo medieval.

A su juicio, y el de otros, se diría que nos encaminamos hacia el futuro retrocediendo.

PAUL LEWIS | THE NEW YORK TIMES (2-01-1999)
Original en inglés, aquí

divendres, 22 de desembre del 2017

Todo parece igual, pero ya nada será igual




Aparentemente, las elecciones de ayer no han servido de nada porque en el Parlament las fuerzas independentistas siguen manteniendo la mayoría absoluta. Sin embargo, los resultados electorales, a poco que se los examine sin ideas preconcebidas, son en realidad una carga de profundidad que cambiará muchas cosas y cuyos efectos se irán desgranando en el futuro inmediato.

1.- Por primera vez desde 1980, las elecciones autonómicas en Cataluña las ha ganado un partido no nacionalista. Y las ha ganado en número de votos -más de un millón- y en número de escaños: 37, quitandoselos a todos los partidos. Es un punto de inflexión que acaba con el monopolio político nacionalista y arrebata la pretensión del independentismo de ser el único que representa la voluntad del pueblo catalán y que habla en su nombre.

2.- Puigdemont ha vampirizado al bloque independentista, descolocando a ERC -que ha sido el gran derrotado del 21-D- y laminando a la CUP, que pierde el grupo parlamentario. El partido del President ha fagocitado gran parte del PDCat y ha emergido como el partido radical del independentismo, el Sinn Féin catalán, pero tal vez como canto del cisne. Es revelador que nadie viera a Artur Mas o Marta Pascal en la celebración de la victoria de JuntsxCat.

3.- El independentismo, retórica republicana a parte, sabe que está en manos de la justicia y que lo volverá a estar si vuelve a delinquir. Y sabe que lo tiene difícil para ejercer su mayoría absoluta, ya que ocho de sus diputados electos -Puigdemont, Forn, Sánchez, Junqueras, Ponsati, Puig, Serret y Comín- no podrán votar por el hecho de estar en la cárcel o fugados. ¿Renunciarán a su escaño? ¿Volverá Puigdemont de Bruselas para ir a la cárcel? ¿Se quedará el independentismo sin diputados presos?

4.- La unidad del independentismo se ha roto, aunque de momento todavía guarden las apariencias. ERC ha sido atacada y humillada por JuntsxCat durante toda la campaña electoral y ya no parece dispuesta a aguantar más. Como apunta Salvador Sostres: Esquerra 'no está dispuesta ceder en nada, y más si se demuestra que el votadme para que pueda volver era no más que una farsa electoralista, otro fraude del gran cobarde'. Vamos a asistir a un duelo cainita entre JuntsxCat y ERC, con los restos del PDCat intentando volver sobre sus pasos al pragmático nacionalismo convergente.

5.- El PSC -el otro gran derrotado- sigue estancado en la cola de los grandes partidos en Cataluña. Ha obtenido 80.000 votos y un diputado más, que podrían deberse a los pocos votantes de Unió que han cambiado el voto por la presencia de Espadaler en la candidatura socialista. La equidistancia y la ambigüedad que tan hábilmente maneja Iceta no le ha servido de mucho. C's le ha quitado todos sus feudos. En el PSOE ya hay quién dice que el PSC 'ha dejado de ser la franquicia del PSOE en Cataluña' y que hay que romper con Iceta tras el resultado electoral.

6.- El radicalismo populista de izquierda pierde cancha oscurecido por el resplandor revolucionario del único radicalismo de masas realmente existente: el populismo identitario. Como al PSC, la balanceante y demasiadas veces sesgada equidistancia de los Comunes les ha pasado factura. Han quedado fuera de juego y parecen condenados a ser poca cosa más que la izquierda 'selecta' y testimonial que fue ICV.

7.- Estas elecciones han extendido el certificado de defunción parlamentaria del PP de Cataluña. Los populares, liderados por Albiol, han perdido el grupo parlamentario y han quedado reducidos a la irrelevancia. Han sido víctimas, sin duda, del voto útil que ha capitalizado Ciudadanos pero el declive del PP obedece, sobre todo, a los graves errores que ha venido cometiendo en Cataluña desde que Aznar sacrificó a Aleix Vidal Quadras en el altar del padre padrone de la corrupción nacionalista, Jordi Pujol Soley. Está por ver la dimensión de los desperfectos que en el resto de España provocarán las réplicas del terremoto que ha hundido al PP catalán, pero quien piense que no pasará nada significativo se equivoca.

Todo parece igual, pero ya nada será igual.









divendres, 8 de desembre del 2017

Propuesta estratégica para alcanzar con éxito la independencia


Este documento figura en la diligencias que se siguen en los Tribunales de Justicia contra los autores y ejecutores de las leyes de ruptura -eufemísticamente de 'desconexión'- con la legalidad constitucional española

dijous, 7 de desembre del 2017

Puigdemont, coches y fugas

Carles Puigdemont parece haber visto muchas películas de espías y de fugas de Alcatraz. Tantas que, como al hidalgo manchego con los libros de caballerías, se le han subido a la cabeza. Sus fugas son tan ridículas como los embates de Alonso Quijano contra los molinos, pero a diferencia de la noblez de éste las suyas aparecen chabacanas e indignas.
Cuando el entonces presidente Puigdemont se cambió de chaqueta y de coche en un túnel de Gerona, creyó burlar a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, pero simplemente renunció a su dignidad actuando como un forajido y un MacGyver en lugar de hacerlo como correspondía a su cargo y a su representatividad.Fue el primer coche de Puigdemont. Prefirió un truco de prestidigitación en lugar de acudir a «votar» con su dignidad presidencial aunque se lo prohibieran, y hacerla valer como una banda de honor por encima de todas las cosas. (...)
El segundo coche de Puigdemont llegó justo a continuación. En Asuntos Internos de los Mossos lo tienen claro: en la huida del presidente depuesto, desde su casa de Gerona, su mujer Marcela fue clave. Salió en su coche desde la urbanización, pero en los asientos traseros, los agentes de la Policía autonómica que custodiaban la casa no vieron a nadie, y así lo comunicaron a sus superiores. Por lo tanto, Puigdemont salió escondido en el maletero del coche de su esposa, que le transportó algunos kilómetros como quien traslada un bulto, hasta el vehículo donde aguardaba un «mosso» amigo, hicieron el cambiazo, y huyeron hacia Francia en otro coche sin papeles. Lo que no queda claro es si, al cruzar la frontera, Puigdemont se agachó o volvió al maletero, pues en las cámaras del paso fronterizo tampoco consta el rostro del expresident cruzándolo. | SALVADOR SOSTRES


Fue en el transcurso de la operación del entonces juez Garzón contra los comandos de Terra Lliure que pretendían cometer atentados en las instalaciones. Entonces, exactamente igual que ahora, Puigdemont puso tierra de por medio. Y sin tampoco dar explicaciones a nadie antes de emprender la fuga. Así, en el muy festivo y esperado 1992, el joven periodista Carles Puigdemont, que había logrado alcanzar el puesto de redactor jefe del diario El Punt, todo un éxito profesional para un treintañero sin ningún tipo de formación universitaria, adoptó al súbito modo la extraña decisión de abandonar su empleo para residir durante una larga temporada lejos de nuestras fronteras. En el currículum oficial del ex presidente de la Generalitat se hace alusión al inopinado paréntesis calificándolo de "año sabático". Por aquel entonces, un infiltrado en Terra Lliure, cierto Josep Maria Aloy, informante que había sido captado por el legendario agente del Cesid Mikel Lejarza, el antiguo miembro de ETA conocido por Lobo, sembraba el pánico en el entorno de la banda. Las detenciones de militantes eran continuas. Los interrogatorios, duros. La desconfianza, total. Nadie se fiaba de nadie. Mientras las sospechas de la dirección de Terra Lliure no recayeron sobre su persona, los precisos datos que Aloy hacía llegar a la Policía sembraron la zozobra no sólo entre los comandos, sino también en el poroso entramado de simpatizantes que les proveía de cobertura tanto material y logística como política. Casualidad o no, justo ese fue el momento en el que decidió marcharse al extranjero. | JOSÉ GARCÍA DOMÍNGUEZ

dissabte, 2 de desembre del 2017

El puente



En una comunidad contaminada, los bloques no los definen los hombres racionales sino los fanáticos. Son ellos los que construyen el enemigo, los que lo señalan y colocan en su sitio. Y para ejemplo, el canónico: los judíos en la Alemania nacionalsocialista. Muchos intentaron rebelarse contra su identificación en un colectivo racial. "¡Pero si yo soy de derechas, un buen alemán!" "¡Y yo de izquierdas, un ciudadano ejemplar!" Bah, les contestaron, ante todo eres judío: estrella va. Lo mismo ocurre en esta Cataluña corrompida por décadas de xenofobia. El nacionalismo catalán no discrimina. El conciliador y campechano Iceta está en exactamente el mismo lugar que el facha Albiol y la falangista Arrimadas. Si quiere averiguar dónde, no tiene más que mirar hacia el puente. | CAYETANA ÁLVAREZ DE TOLEDO

El periodismo -es un decir- del 'procés', convertido en amanuense y propagandista del poder político nacionalista, bromea con los muñecos 'ejecutados' en el puente y, como siempre, culpa a otro. Como culpará al Estado del 'pucherazo' electoral del 21-D que tanto alienta y parece desear. Esos otros son siempre los mismos: la real y la supuesta extrema derecha fascista o falangista. Escuchen como comentaban en Catalunya Radio la noticia:



Afortunadamente, la extrema derecha en España es residual e irrelevante numérica y políticamente. Mucho más importante es la extrema izquierda, tanto en miembros como en influencia política. Según cifras del año pasado, la policía tenía contabilizados casi 300 grupos radicales.



De los 296 grupos contabilizados, 241 son de extrema izquierda y 55 de extrema derecha. Es decir, que los grupos izquierdistas cuatriplican a los derechistas. Sin embargo, en 2015 hubo más intervenciones policiales entre los ultras (119), que entre los antisistema (88). Por lo que se refiere a detenciones, se produjeron 204 arrestos de individuos de extrema derecha y 145 de extrema izquierda, aunque en la serie histórica, las cifras de unos y otros son bastante parejas.

Sin embargo, los medios del 'procés' siguen construyendo el relato de la reacción ultraderechista. Comprensiblemente, no quieren verse a reflejados en la imagen del puente. Dicen que los suyos, los demócratas, no lo han hecho y que más bien podría ser cosa de los fachas. Es cierto que no sabemos el nombre y apellido de la mano ejecutora, pero sabemos algo peor: que los muñecos 'ejecutados' no les han indignado. Ni tan siquiera lo han lamentado y mucho menos denunciado. Se han limitado a quitar hierro al asunto, a bromear un poco e intentar cargar el 'muerto' a otros. A ver si cuela. O, tal vez, ¿a ver si cuelga?

dijous, 23 de novembre del 2017

Adolf Tobeña: "La Cataluña independiente sería una Andorra ampliada y Montserratina"




Hace un año, la eurodiputada Teresa Giménez Barbat, una conocida antinacionalista, organizó una conferencia en el Parlamento Europeo titulada "¿Una sociedad alienada? Una disección psicobiológica del secesionismo catalán . Uno de los oradores invitados, el psicólogo holandés Carsten Dreu, habló de los fundamentos neurobiológicos del parroquialismo. El otro profesor fue el profesor de psiquiatría Adolf Tobeña (Graus, Huesca, 1950).

Dos partes pidieron la suspensión de la conferencia. Eran ERC y PDeCAT, que lo consideraban "una manifestación de argumentos discriminatorios y antidemocráticos, típico de los regímenes totalitarios, que busca deshumanizar a los opositores políticos como un paso previo a su liquidación, tratándolos como mentalmente alienados". Pero el análisis de la psicología de masas y la consolidación de la historia de la independencia entre los ciudadanos catalanes no tiene nada de discriminatorio ni antidemocrático. Es solo neurociencia.

Adolf Tobeña, cuyo libro The Secessionist Passion analiza con precisión el surgimiento y la consolidación de la independencia desde el punto de vista de la psicobiología y la neurología, me recibe en su despacho de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona. Es difícil distinguir el análisis científico de Tobeña del movimiento independentista, al igual que un biólogo estaría fascinado por la elegante destreza con que las mandíbulas del tiburón separan a sus víctimas de sus opiniones personales. Pero cuando le pido alguna aclaración al respecto, su respuesta es inmediata: "No me malinterpreten, la independencia no me interesa personalmente en absoluto". Está claro.

Debo preguntarte qué pasó ayer [la entrevista se realizó el día después de la declaración de independencia en el Parlamento de Cataluña].

Es un episodio más de la opereta. Fue bastante predecible, porque ya hemos sido testigos de algunos episodios cómicos. El aspecto interesante es la forma en que evolucionó la situación. Pasó de estar al borde de un conflicto civil a una representación absurda y cómica.

Ese libro que veo en su mesa, El mito del martirio (Adam Lankford), ¿es aplicable a la independencia catalana y su victimismo?

[Risas] No, no. No tiene nada que ver con ello. Mi libro "Deadly Martyrs" está dedicado a los terroristas suicidas, que es un tema que aún no se ha resuelto. Este libro, El mito del martirio fue escrito por un médico forense estadounidense que sostiene la tesis de que los atacantes suicidas están locos. Varias tesis académicas, incluida la mía, siempre han dicho que no existe alienación mental, con la excepción de algunos casos muy raros. Los comandos que llevaron a cabo los ataques del 11 de septiembre, por ejemplo, eran científicos informáticos, de clase alta, con educación superior, que habían sido entrenados durante años en el entrenamiento de vuelo. Y ese es un conjunto de criterios que los aleja de la alienación mental. Porque los locos, por definición, reducen la inteligencia y la capacidad de ajustarse a los requisitos cognitivos de la vida ordinaria.

Y Lankford lo niega.

Lankford ha mezclado terroristas suicidas con "lobos solitarios", como este último de Las Vegas. Y dice "no, no, los que dicen que aquí detrás hay tácticas belicosas llevadas al extremo por razones políticas o religiosas están equivocadas, porque en realidad estas personas están mentalmente perturbadas". Pero él está equivocado. En "lobos solitarios" sin motivos ideológicos, hay una alta frecuencia de desórdenes, pero en atacantes suicidas, miembros de organizaciones o células doctrinales e ideológicas no existe tal desorden.

Es obvio que el factor cultural es clave allí. Todos los suicidios profesan la misma religión.

No no. No todos ellos tienen la misma religión. Los tamiles de Ceilán practicaron esta táctica repetidamente sin ser islamistas. No está necesariamente relacionado con la religión.

Volviendo a España, y más específicamente a Cataluña. ¿Te sientes cómodo viviendo aquí?

No. Durante siete años, ha sido difícil vivir en la atmósfera creada por los secesionistas. Han montado un movimiento que tiene características muy interesantes, querían hacerlo hegemónico, pero solo han persuadido a la mitad de la población. El resto de los ciudadanos ha sido asediado, marginado, despreciado y silenciado. Y crear este tipo de entorno hace que la vida sea desagradable. Incómodo.

¿Has sufrido personalmente?

He sufrido, como muchos otros, campañas de denuncia, acusaciones de traición. Afortunadamente han sido fugaces. Pero sí, he sufrido personalmente.

Caminando por el campus, he visto escritos en las paredes "Trapero, mátalos". La UAB es conocida como una universidad fuertemente nacionalista y controlada por la izquierda.

La escuela de medicina es una isla dentro de la UAB. Tienes que salir de él y caminar por el campus, como lo hiciste, para ver esas cosas. Pero una vez que ingresas a la medicina, todo eso desaparece. Entre los profesores y los investigadores, la convivencia es buena. El trato es cordial y no hay tensión como en las facultades de derecho, economía, ciencias políticas, sociología, humanidades o periodismo. Aqui no. La vida aquí es cómoda y cordial.

Usted dijo que el movimiento de independencia tiene características interesantes. ¿Qué quieres decir?

Estaba hablando de lo que los especialistas en movimientos de masas estudiarán durante décadas. Han podido montar un movimiento que ha convencido a dos millones de ciudadanos. Han dado a estos ciudadanos una narrativa bien construida, con objetivos específicos. Luego organizaron demostraciones controladas en las calles. Estas demostraciones fueron al mismo tiempo cívicas, festivas y estéticamente sensacionales. Detrás de ellos había grandes especialistas en publicidad, en marketing, en combinaciones cromáticas y en la movilización de masas. Todas estas son cualidades estéticas y cívicas.

Pero esa no es toda la historia.

Lo que no se vio fue el silenciamiento de la otra mitad de la población. Intentaron establecer una dominación absoluta y ocultar a la otra mitad de la ciudadanía. Pero si pasas por alto eso, lo han hecho bien. Tan bien, han capturado todos los medios internacionales, toda la televisión, todas las radios. Estos medios han visto un movimiento pacífico y una rebelión motivada caracterizada por una participación transversal de las familias y todas las clases sociales. El movimiento ha tenido también calidad cromática y estética, con banderas, con camisetas que cambian cada año, con diferentes tipos de canciones, con castillos, con una organización que simula una de las "colles sardanísticas". Y es por eso que llamó la atención de los medios, y también la atención de la intelligentsia.

Pero, ¿realmente han persuadido a la intelligentsia?

En la actualidad, hay más especialistas en movimientos de masas, historiadores, economistas, juristas y politólogos en las mejores universidades del mundo (Oxford, Yale, Cambridge, UCLA, La Sorbona) a favor de los catalanes que la otra mitad de ciudadanos, que están en contra de la secesión o en favor del gobierno de España. Deben ser muy buenos para conseguir eso. Tienen una gran capacidad para diseminar una doctrina y convencer a los mejores especialistas sobre el tema de que tienen razón. Que tienen derecho a ejercer la autodeterminación.

¿Es la estética tan poderosa como para ocultar lo que hay detrás de la independencia?

La estética es muy poderosa. En el mundo de hoy, si tiene los mejores anunciantes, los mejores arquitectos y los mejores narradores, tiene una capacidad de penetración política sin precedentes. Es el mundo de la publicidad. Si dominas el anuncio, tendrás la capacidad de influir. Si la regla es ir rápido, atrapar a los de su gremio, los periodistas, los difusores de mensajes, es muy fácil.

El periodismo internacional ha sido una víctima fácil.

Pero es mucho más difícil convencer a la intelligentsia, que se toma su tiempo para analizar. Porque bellas fotos, hermosas banderas, bellas demostraciones y agradables calles no son suficientes, pero necesitas consistencia. Convencer a historiadores, economistas y abogados no es fácil. Acabo de ver una carta firmada por ochocientos profesores de las mejores universidades británicas a favor del referéndum. Para hacer esto, necesitas una visión intelectual. Necesita un ejército de intelectuales secesionistas que se hayan extendido a las mejores universidades del mundo desde las universidades catalanas, que se encuentran entre las mejores de España.

¿Las mejores?

La primera es catalana, la segunda es catalana, la tercera es catalana, la cuarta es catalana y la quinta es valenciana. La primera universidad española aparece solo en el sexto o séptimo lugar. Y se han aprovechado especialmente de las generaciones jóvenes. Principalmente economistas, pero también de otros campos, y que están haciendo trabajos, conferencias y seminarios. Mientras tanto, la intelectualidad española, desde la organizada a través del Instituto Cervantino o la diplomacia, así como la desorganizada, no ha respondido.

Es verdad. ¿Por qué cree que pasó?

Por negligencia y desprecio. Han errado en el diagnóstico. Y la respuesta española ha sido débil e insuficiente.

¿Qué ha sido exactamente este abandono?

El descuido es ese famoso diagnóstico rápido y tranquilizador. "Esta es una ola transitoria que se desinflará". El famoso suflé. La versión un poco más elaborada es: "Terminarán peleándose entre sí". La teoría es que, como han reunido intereses tan dispares, los de las élites empresariales y los del antisistema, terminarán por quedarse entre ellos. Pero después de siete años eso no ha sucedido, lo que descalifica el diagnóstico.

Y el desprecio?

La segunda parte del diagnóstico erróneo es "están locos". Ese es el epíteto más utilizado por la intelectualidad española para caracterizar el secesionismo catalán. Irracionalidad, ilusión, perturbación, alienación, hipnotización, secuestro. Querían caracterizar un movimiento que tiene detrás una enorme inteligencia y capacidad de incidencia como un delirio. Y, por supuesto, eso no es para nada. No hay delirio. Cero. Cuando las voces más sabias de la intelectualidad española caracterizan este movimiento, el resto de los intelectuales del mundo dicen: "¿Pero quienes son estos? Este movimiento ha puesto al borde del abismo a un Estado democrático y siguen diciendo que es un delirio ". Y si pierde el diagnóstico, es seguro que se equivocará en el remedio.

Si hay tanta excelencia intelectual en una Cataluña dentro de España, ¿de qué se quejan?

La historia es lo opuesto. "Lo hemos logrado a pesar de España. Imagina dónde estaríamos sin España ". Su historia es que a pesar del peso, el obstáculo, las inconveniencias, las características corruptas, maliciosas y trampas del Estado español, que es lento, pesado, distante, propenso a repetir marcos jurídicos contraproducentes en un entorno competitivo como la ciencia, lo hemos logrado. Sin España, dicen, seríamos los mejores. Seríamos California o Massachusetts. Esta es la narración y los sabios del mundo lo creen.

Las utopías siempre ganan en comparación con la realidad.

Y luego colocan el segundo elemento en la narración: Barcelona. No hay necesidad de hablar de universidades. ¿Hay alguna ciudad española o con la cultura española capaz de competir con Barcelona?

Bueno ... ¿En qué aspecto en particular?

En todos ellos. ¿Quién ha logrado Barcelona? Los catalanes Barcelona es una de las diez ciudades más atractivas del mundo. Sin duda. Puedes crear una encuesta objetivo y siempre será Barcelona. No en Madrid, ni en Buenos Aires, ni en Sevilla, ni en Caracas, ni en Lima, ni en Santiago de Chile. Será Barcelona. No puedes ser ciudadano del mundo si no visitas Barcelona con frecuencia. Porque en Barcelona hay muchos actores a la vanguardia de la arquitectura, el diseño, la moda, la química y la biología. Y sin el obstáculo de España, Barcelona sería la capital del mundo. Esa es la historia que cuentan y todos creen en ella. Porque es verdad

¿Es realmente cierto?

Por supuesto que es. O al menos de alguna manera. ¿Puede alguien decir que Barcelona es la ciudad española más atractiva? Eso no significa que Madrid no sea atractiva, cosmopolita, diversa, divertida, divertida y espléndida. Durante los últimos años de miedo, la presencia de Barcelona en el mundo ha sido mucho más alta que la de Madrid. Y eso no se puede argumentar, independientemente de los indicadores utilizados. El FC Barcelona también ha sido un equipo infinitamente mejor que el resto de equipos españoles y sudamericanos.

Algunas personas dirían eso.

El FC Barcelona se ha impuesto como el equipo dominante, el más atractivo, con la mayoría de los aficionados, el equipo que ha generado más jugadores importantes de forma continua y también muchos de los expertos en fútbol más apreciados en todo el mundo. Que también son secesionistas ¿Quien hizo eso? Los catalanes Esta es la historia que cuentan, y como es muy consistente, se propaga por todo el mundo. España reaccionó tarde, con un diagnóstico equivocado y una narrativa débil y mal construida. España está perpleja, sorprendida, dudosa, no comprende del todo al crear mensajes que nadie escucha. Cataluña hizo grandes editoriales en el New York Times, Le Monde, Financial Times, The Guardian, CNN, BBC ... "El no logra repercusión en ningún lado" ¡Por favor! Han logrado repercusión en todas partes.

Los catalanes son los primeros en la Unión Europea en comenzar un proceso de segregación con la perspectiva de tener éxito.

Con el debido respeto, tal vez está sobrevalorando un simple editorial de un periódico alemán en comparación con lo que dice Angela Merkel, quién es más relevante e influyente que toda su prensa. O tal vez estés mezclando el atractivo turístico de Barcelona con su importancia real en el panorama internacional.

No solo una atracción turística, ¿eh? Zuckerberg viene a Barcelona. Es el único lugar del mundo al que va.

El único lugar en el mundo?

El único lugar fuera de California. Él no va a ningún lado más que Barcelona.

¿Estas seguro de eso?

Y también lo hace Woody Allen. No es solo una atracción turística.

No estoy completamente seguro de eso.

Estoy tratando de explicar el éxito que han tenido en todo el mundo. Una cosa diferente es que se ha obtenido éxito a expensas de la otra mitad de la población. Silenciando y hostigando a la mitad de sus ciudadanos. Tal movimiento, que se impone y, por lo tanto, es totalitario, podría hundir Barcelona y su capacidad creativa, innovadora y comercial. También hunde las ciudades catalanas más pequeñas. Porque Cataluña no es solo Barcelona. Ahora hemos tenido señales que indican que todo podría naufragar. Si crea un movimiento insuficiente y para ganar, subyuga a la mitad de la población, se coloca cerca del desastre y en el borde de un conflicto civil. El aspecto que no es obvio es la razón por la que han logrado un éxito tan masivo en todo el mundo.

Algo habrá contribuido al desprecio de lo opuesto.

Lo han logrado en el campo abierto, no dentro de un marco totalitario cerrado. Es decir que los oponentes podrían reaccionar. Los secesionistas no se han escondido. Desde el principio han dicho cuál era su propósito. La otra mitad de los ciudadanos subyugados tuvo tiempo de organizarse. Cuesta mucho. La primera señal de poder fue el domingo pasado, con la demostración de Barcelona. Este fue el primero en siete años. Ha ocurrido en el marco de la Unión Europea.

Los catalanes son los primeros en la Unión Europea Occidental en embarcarse en un proceso de segregación con perspectivas de éxito. La gente de Padania, Baviera o Bretaña, que tiene tantos motivos identitarios e históricos como los catalanes, y que ha sufrido la misma crisis económica, no ha tenido éxito.

¿Y por qué los catalanes tuvieron éxito y la gente de Padania no? ¿Tiene que ver con genética?

Por España

¿España?

Aquí es donde España entra en la ecuación. Ninguna de estas regiones tiene una administración con tanto poder como la España democrática, que es un país extraordinario, descentralizado y tolerante. La España democrática es el país más abierto, poroso y cosmopolita del planeta. Tengo una pequeña tendencia a exagerar.

Ya veo.

España ha transferido un alto grado de poder efectivo a los gobiernos regionales. Las "Comunidades Autónomas" son más poderosas que los estados federales de EE. UU., O que los lander alemanes en términos de incidencia en la vida cívica. El gobierno regional decide en qué escuela irán sus hijos, el idioma en el que estudiarán, cómo puede transferir su patrimonio familiar, qué policía le impondrá multas ... España ha establecido un sistema que, sin ser federal, y sin siendo llamado como tal, funciona como si fuera.

No hay ningún país en Europa que tenga una administración tan poderosa y tenga tanta capacidad para crear centros deportivos, estaciones de policía locales, hospitales grandes y pequeños, carreteras, parques con protección especial. Pero esto no solo es válido para la Generalitat. Es válido para el Gobierno Vasco, para el gallego, para Extremadura. La presencia de la administración regional en España es deslumbrante, sensacional.

Y entonces, ¿cuál es la diferencia en el ingreso per cápita entre Extremadura y Cataluña?

Esta pregunta es muy difícil. Estaba hablando sobre el impacto de los gobiernos regionales en la vida diaria y en términos de recursos para actuar. Mis amigos extranjeros me lo explicaron cuando vinieron a Europa. Tengo grupos de amigos y vamos caminando por los Picos de Europa, o por la Sierra de Madrid, o por Sierra Nevada, o por los Pirineos. Han estado alucinando durante veinte años. "¿Cómo puedes tener los monumentos tan bien restaurados?". ¿Cómo pueden tener estas estaciones de policía en pueblos pequeños, o el AVE, o las carreteras, o las autopistas? Se habían sorprendido continuamente por el nivel de servicios en España.

Cuando vamos a Aragón ven los pueblos preciosos y coloridos y los monumentos bien mantenidos. Están indicados en los mapas, hay guías con cuadernos y no cobran un euro por ello. No es como en Italia, donde pagas para visitar también la iglesia más pequeña de una pequeña ciudad.

Quiero decir esto. Quiero decir que la Generalitat se ha convertido en la administración de la vida ordinaria de todos los catalanes. De repente en 2008, 2009, 2010, este marco español que fue tan divertido, tan poroso, se declaró en quiebra. Ouch maldición! Y los catalanes dijeron: "En primer lugar, si tenemos una administración tan poderosa, que también es apreciada por todos los ciudadanos, en segundo lugar, si tenemos la ciudad más atractiva del mundo, y finalmente si tenemos el club de fútbol más atractivo de España ... ¿Por qué necesitamos a España?

Nuevamente con el Barça

Las élites jóvenes fueron responsables de eso. La generación Laporta-Guardiola-Puigdemont. Porque Laporta fue el verdadero ideólogo. Fue el primero en hablar abiertamente al mundo entero diciendo que apuntaba a la secesión. Guardiola es solo un discípulo. Y dijeron: "¿Y por qué deberíamos hundirnos? Deja que se hundan solos. "Y enmarcaron una buena historia. Eso es lo que Andalucía, Galicia, Baleares o el País Vasco no tienen. No tienen Barcelona o Barca y nunca lo tendrán.

¿Nunca?

No, el pronóstico es que nunca lo tendrán. Bueno, en trescientos años lo veremos, pero me atrevo a decir que en los próximos doscientos no lo harán. Lo que tampoco tendrán es un 20% de población irreducible que nunca se sentirá español. Esto también es genuino en Cataluña.

Bueno, ¿y los vascos?

La situación es similar, pero los vascos están tranquilos ahora. Perdieron una guerra. Y cuando pierdes una guerra, te calmas.

¿De qué guerra estás hablando?

Del último, el cuarto, la guerra carlista. La guerra de ETA. La gente lo llamaba terrorismo, pero lo tenían muy claro: era un ejército de liberación nacional. Ellos claramente saben que sus guardias estaban haciendo una guerra. La gente se confunde con esto. Era una guerra de guerrillas, de baja intensidad, combatida bajo la forma de terrorismo, sí, pero todos los especialistas militares están de acuerdo en esto, eso fue una guerra.

AHA.

Lo que no existe fuera del País Vasco y Cataluña es un núcleo de 15 o 20% de una población que ni se siente ni se sentirá española. Y ese núcleo es, creo, más poderoso en Cataluña que en el País Vasco. La gente suele colocar este núcleo, esta base, en los valles prepirenaicos y pirenaicos, pero no solo está allí. También está en Tarragona, en el Priorat, en el Delta del Ebro, en las regiones interiores y, a veces también en la zona costera de Barcelona. Hay algunas clases medias que originalmente eran agricultores, pero en el siglo XIX se convirtieron en fabricantes, industriales y empresarios. Son catalanes de origen con apellidos mantenidos durante cientos de años y con poco trato con extraños. Tuvieron algunos, porque todos los grupos permitieron la entrada de sangre extranjera. Sin embargo, mantuvieron la línea de sangre. Y ese núcleo no se siente español y nunca lo sentirá. Si tienes una base de este tipo, el salto a 40 o 50% es menos llamativo que si comenzara desde 3, 4 o 5%.

El hecho es que también hay un núcleo de ciudadanos catalanes que nunca dejarán de sentirse español.

En efecto.

¿No alcanzan el 20%?

No. Para los fenómenos de asimilación. Pero volvamos a ese núcleo que ha preservado el lenguaje, las costumbres y los hábitos. En otras guerras, este núcleo ha sido tradicionalista, más tarde carlista, luego franquista, y ahora de ERC y CUP. Estas personas forman una base que las clases emprendedoras, jóvenes, tecnológicamente altamente educadas y altamente cosmopolitas de las cuatro provincias han utilizado como base para la construcción del movimiento.

Suena como la aldea irreductible de los galos.

Exactamente. Pero mira, no son provinciales. Tienen industrias de procesamiento agrícola, enólogos, compañías de biotecnología. No tienen nada que ver con Galos. Van a las Seychelles en vacaciones.

Independencia sí o no?

Nooo.

Pero Cataluña es la mejor del mundo.

No, no, no me malinterpretes. Lo que tengo es una afición por comprender los fenómenos. Me dedico a comprender la imaginación individual, tanto la normativa como la angustiada. Soy un psiquiatra Pero también me interesan los fenómenos colectivos, es una tradición entre las grandes mentes de mi profesión. Freud tiene libros dedicados a la psicología de las masas como Ortega y Adam Smith. La intelectualidad hispana, y un pequeño intelectual francés e italiano de los últimos treinta años, ha tenido miedo de pensar en términos de psicología grupal. Los mejores pensadores nunca han tenido ese miedo. Keynes tiene un libro que explica los pánicos bursátiles, porque es un fenómeno psicológico que termina afectando a la economía.

Tal vez pueda estar fascinado por el objeto de su estudio.

Lo que me interesa es la descripción del fenómeno. Es por eso que estoy hablando de su atractivo entre las personas para quienes no debería existir. Los catalanes han sido seducidos por este movimiento. Su aparición ha sido muy repentina y ha llegado con una velocidad sin precedentes. Pasó de 20% a 48-50% en menos de un año. En 2014 alcanzó nuevos máximos, y luego disminuyó un poco, pero ha oscilado entre 40 y 45%. Saben que están muy cerca de una victoria decisiva y les explico los ingredientes que han permitido que este evento se desarrolle. Pero no estoy personalmente interesado en eso. No me importan los países pequeños, monótonos y cerrados. No me importa una Cataluña independiente. No estoy interesado en una Andorra ampliada, santurrona, católica y Montserratina, con algunos toques de glamour.

Entonces, nos quedamos en España.

El marco español es infinitamente más divertido, abierto, cosmopolita, multicultural y emocionante que el catalán, que sería empobrecedor. No estoy interesado en eso en absoluto.

Me gustaría señalarlo porque a lo largo de la entrevista te escuché elogiando al 50% de la población catalana y la ciudad de Barcelona, ​​pero el concepto de atractivo es muy subjetivo.

Estas no son mis descripciones, han sido hechas por mis colegas. Tomo el tren todos los días y escucho a los viajeros, turistas y estudiantes.

Si voy a Tokio también lo alabaré como turista. Eso es lo que todos hacen. Pero es narcisista pensar que aprecian más tu ciudad que los demás.

La gente dice cosas buenas y malas de otras ciudades.

Eso no es un sesgo cognitivo de tu parte?

Mira, yo no soy de Barcelona. Yo tampoco apoyo al Barça. Me gusta Lisboa mucho más que Barcelona. Me gusta Valencia mucho más que Barcelona. Madrid es un matón y una ciudad salvaje, pero muy divertida. Si tuviera que elegir una capital para la Península Ibérica, definitivamente elegiría Lisboa. Y si algún día se desmantela España, estoy interesado en la Corona de Aragón. No sería una mala idea revivirlo. De Montpellier a Palermo y con Nápoles como capital o Valencia. Pero nunca Barcelona porque Barcelona tiene esta tendencia a ser mojigata, monótona, montserratiana, devota y claustrofóbica. Nadie podría tolerarlo (¡muy fuerte!). Tiene una ortodoxia intolerable. Está mirando el ombligo y es típico de los catalanes.


Artículo original en inglés, aquí
Traducción: Google

dijous, 16 de novembre del 2017

Después de la independencia destruir la economía





Completada la primera fase del desastre catalán nos adentramos en la más decisiva, la destrucción económica.

Dos noticias:

1. "La fuga de empresas de Cataluña no solo se ha limitado a cambiar el domicilio social. 1.000 de esas sociedades también modificaron al mismo tiempo su sede fiscal".

2. "La sociedad de inversión del dueño de la cadena de supermercados Bon Preu, Joan Font, también ha trasladado su domicilio social a Madrid. El empresario formó parte del consejo que asesoró al gobierno de Artur Mas para la transición a la independencia".

¿Por qué los empresarios fieles también abandonan? ¿Por qué continúa la marcha de empresas ahora que parece que el problema ha desaparecido? Porqué el problema no ha desaparecido, ha empeorado. Hasta los 'manteros' del centro de Barcelona ya no venden ni la mitad.


Y ha empeorado porqué el sistema político catalán está escorado hacia los partidos enemigos de la economía libre, por eso las próximas elecciones son irrelevantes porqué con la combinación que sea formará gobierno esta gente, los que han provocado la estampida de empresas de Cataluña y los que desgobiernan Barcelona.

En el resto de España los tres partidos que engloban la gran masa de electores (PP, PSOE, Cs) son económicamente previsibles pero en la España catalana el sistema de partidos, extremadamente fragmentado, está formado en su mayor parte por actores que compiten en irracionalidad económica. Un sistema político anclado entre el supremacismo y la cultura económica del subsidio y la dependencia, conducido por funcionarios y licenciados en filología.

Cualquier inversor ya sabe que tiene enfrente al enemigo. Deep waters my friend.

THE DISCREET ANALYST



Colau: "La Agencia Europea del Medicamento no es del agrado de nuestras bases"
Sus bases son 5.000 personas que deciden por 1.600.000. Esa es su destrucción de la democracia, esa es su destrucción de la economía


dilluns, 6 de novembre del 2017

Mi madre en la manifestación de Societat Civil Catalana


Uno de los ‘éxitos’ más significativos del procés independentista ha sido ver a gente como mi madre en la manifestación de Societat Civil Catalana. A mi madre nunca la verán con un trapo, ni catalán ni español, ni tampoco de cocina. Para ella las banderas siempre han sido “trapos sucios de sangre”, me decía cuando, como cualquier joven con inquietudes políticas, flirtee con el independentismo en mi etapa universitaria.

Este domingo, sin embargo, como tantos otros miles de catalanes, ha decidido ir a Barcelona. Confiesa que nunca, a sus 62 años, pensó que se encontraría rodeada de banderas españolas. Y es que forma parte de esa generación que sufrió la dictadura franquista y el primer contacto con la insignia le produce, inevitablemente, cierto rechazo. Pero hace un esfuerzo. Su inteligencia se impone a los prejuicios: sabe que, digan lo que digan, Franco está muerto, España es una democracia y que Cataluña es libre y próspera como nunca antes.

Habla desde la autoridad moral de quien no solo ha vivido en dictadura, sino de quien, desde el PSUC la ha combatido en los años duros, cuando aún eran pocos los que se atrevían a salir a la calle y la burguesía catalana –los abuelos de muchos de los rebeldes sistémicos de la CUP– ocupaban cargos de gobernadores civiles y hacían negocios con los que hoy consideran sus opresores. Sí, hoy todo el mundo afirma que corrió ante los grises… Pero son menos los que, como ella, se salvaron de ser juzgados por el Tribunal de Orden Público gracias a la Ley de amnistía de 1977.

Como quizás muchos de los que ayer estuvieron en Barcelona, mi madre también ha evolucionado hacia posiciones moderadas, y este domingo ha roto otro tabú: se manifestó junto a banderas rojigualdas. Esta insignia que, ironías de la vida, hoy garantiza nuestros derechos porque no pide una adscripción sentimental. Solo lealtad administrativa. Lo contrario de la estelada, que excluye a quienes no comulgan con su plan. | LAURA FÀBREGAS


My Mother at the Societat Civil Catalana’s Demonstration
Mia madre alla manifestazione della Societat Civil Catalana


Together: el vídeo de Empresaris de Catalunya a favor de la sensatez



diumenge, 5 de novembre del 2017

El noveno círculo y la izquierda caviar


Para entender buena parte, no todo evidentemente, de lo que nos está pasando, sobre todo en relación con la confusión conceptual, interesada o no, que nos rige, creo que tiene su interés referirse al término «izquierda caviar», la “gauche caviar” francesa o “toscana-zosi” suiza, que en Inglaterra es “champagne socialists” y en EE. UU. “radical chic”, conceptos todos que remiten a la idea de contradicción entre postulados expresados y modo de vida. No es, pues, un término o una actitud privatista nuestra, sino que está extendida por todos aquellos sectores, estén donde estén, que quizás no llegaron a tiempo a Mayo del 68 (con sus múltiples variantes) o que, en cualquier otro contexto, no quisieron o supieron afrontar determinadas tomas de posición que hubieran querido adoptar y que, por los motivos que sea, no llegaron o se atrevieron a hacerlo.

Tampoco es un fenómeno novedoso, que hubiera nacido en el siglo XX, aunque hoy es más conocido porque los medios de comunicación ponen a nuestro alcance muchas más cosas que cuando los “correos” iban a caballo de posta en posta superando todo tipo de obstáculos. Sin poder adjetivar como “gauche” o “droite”, pero mostrando las contradicciones de poderosos, “influencers” y demás congéneres, la Historia está llena de episodios poco entendibles si no es desde estos que ahora consideramos modernos parámetros, pero que han sido evidenciados también, desde hace siglos, por el arte o la literatura. Quizás tengamos que recurrir a todo ello para entender porque, en un momento determinado, ahora mismo por ejemplo, quienes para unos son traidores para otros son héroes o para tomar consciencia de las tergiversaciones de conceptos filosóficos o jurídicos que subyacen en determinadas posturas.

Porque no se trata de algo estrictamente novedoso. Dante se pasea con Virgilio en el Noveno Círculo cuando se refiere a los traidores. El Noveno Círculo era el que se situaba en la parte más baja del Infierno, donde residían los peores malhechores. En la primera zona, la Caina, los que traicionaron a sus allegados por atentar contra su confianza; en la segunda, la Antenora, a los traidores a sus conciudadanos, a la patria o instituciones políticas; en la tercera, la Tolomea, a los que habían traicionado a sus huéspedes, que era un grave delito en la tradición de la época; y, en la cuarta, la Judeca, estaban los que traicionaban a los benefactores, a quienes les habían ayudado. Todos ellos estaban sometidos a las peores torturas, más intensas cuanto más se descendía en el Averno.

Me llama la atención que La Divina Comedia considerase como una de las acciones más execrables la traición a la ciudadanía, la patria, las instituciones, en el sentido dantesco, situando a quienes la hubieran realizado (a Judas, Bruto y Casio, además de a Lucifer, el primer gran traidor bíblico, así como diversos personajes mitológicos) en el penúltimo eslabón de la perversidad. Me llama la atención porque compruebo que, ya en aquellos momentos, la ciudadanía, la patria, las instituciones… es decir, el sistema político, merecían un respeto cuya violación podía considerarse como traición. Y esto no lo decía solamente Dante. Desde antiguo (Tito Livio o Cicerón) hasta la modernidad (Maquiavelo, Montesquieu, Rousseau) o los defensores de la paz mundial como Kant o los utópicos… incluso en Kelsen con su visión estatalista y positivista, la patria se ha asimilado al Derecho y las instituciones del país, generándose la idea de un reconocimiento o adhesión cívica a la misma, que no tenía que ser traicionado.

No es que quiera, amparándome en La Divina Comedia, enviar al noveno círculo a todos aquellos que no estén conformes con el orden establecido. Nada más lejos de mi intención. Pero sí que me parece oportuno realizar ciertas reflexiones en torno a su vigencia, sus aportaciones positivas y, también sus desajustes y sus posibilidades de reforma. Para ello, dado que estamos en un país cuyo sistema se inserta entre los de las democracias surgidas en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, que está regido por una Constitución que también es heredera en buena parte de las que se adoptaron en la segunda mitad del siglo XX, creo que sería bueno, para entroncar con Dante, examinar el concepto de patriotismo constitucional, que tanto recorrido ha tenido en el constitucionalismo alemán y europeo, aunque no se haya consolidado como institución jurídica normalizada en el nuestro.

De entrada no niego que la utilización del concepto patriotismo constitucional puede generar resistencias. Estamos tan acomplejados en este nuestro país que tanto el sustantivo patriotismo como el adjetivo constitucional, según donde lo utilicemos, constituye la mejor “provocación” para que nos llamen, directamente, “fachas”, fascistas o franquistas. Y, al tercer o cuarto exabrupto, como es prácticamente imposible razonar frente a los improperios, dejamos de utilizarlos. Por eso es importante saber de qué estamos hablando.

Fue Sternberger, jurista y politólogo, quien acuñó el término, en un artículo periodístico que escribió con motivo del 30 aniversario de la Ley Fundamental de Bonn, en 1979. Sternberger creía que el hecho de que Alemania se hubiera dotado, tras la derrota militar del nacionalsocialismo, de una cultura política democrática, fundamentada no en conceptos etnicistas ni la evocación del pasado histórico, sino en los derechos de participación consagrados en la Constitución, que los reconoce y garantiza, tendría que ser un motivo de orgullo no sólo para la generación del momento sino para las futuras generaciones. Ello se inscribió también en un debate entre historiadores, filósofos y otros intelectuales, que encontraban grandes dificultades para reconciliarse con la barbarie del pasado y fue aquí donde Habermas, su gran divulgador, confirió un sentido moral al concepto de patriotismo constitucional, argumentando que el sistema político debía formarse alrededor de una identidad colectiva que se inspirase en la democracia y el respeto a los derechos humanos. Al mismo tiempo, esta estructura de pensamiento permitió que, tras la caída del muro de Berlín, los alemanes de uno y otro lado pudieran considerarse a sí mismos, con la unificación, como “un” pueblo.

Contrariamente a todo tipo de nacionalismo, los integrantes de ese pueblo no se basaban en un sentimiento identitario, sino en un concepto racional que les reconocía el poder elegir ser ciudadanos, no de cualquier país, sino de uno fundamentado en los principios del constitucionalismo democrático y del cual se podía, por ello, estar orgulloso. El Estado democrático constitucional ha sido, desde tal perspectiva, un paradigma con vocación universal. Es significativo, al respecto, el diálogo de Habermas con Ratzinger en la obra “Entre razón y religión. Dialéctica de la secularización”. Y la influencia que el pensamiento de Habermas ha ejercido en la concepción intelectual del proceso de integración europea y en el ámbito de la interpretación jurídica realizada por los Tribunales constitucionales, como paradigma ético vinculante, es también relevante.

Pero aquí, entre nosotros, no hemos, como país, interiorizado adecuadamente esta cultura constitucional. Razones históricas no nos faltan para explicarlo, pero ello no es argumento válido en pleno siglo XXI. En las últimas décadas, no se ha impulsado un sentido de lealtad hacia las instituciones, sino todo lo contrario. Se menosprecia el Estado de Derecho y se pretende imponer lo decidido mediante cualquier procedimiento, aunque no sea el legalmente predeterminado. Se pretenden asegurar los derechos de grupos más o menos cohesionados o numerosos frente a los derechos de las personas, rompiéndose así el principio de dignidad y de libertad de todos y cada uno de los componentes de la ciudadanía. Si hubiéramos interiorizado la ciudadanía constitucional, no se sostendría el nacionalismo excluyente y la razón se impondría a las abundantes patologías políticas que nos circundan, atrincheradas tras los particularismos.

De ahí que, desde esa “izquierda caviar” que también vive, y pontifica, entre nosotros, se está traicionando lo que edificamos, trabajosamente, durante la transición a la democracia. Con un complejo impropio de mentes adultas y conscientes de que nada es perfecto, pero todo es mejorable, estamos vilipendiando el consenso que nos llevó a adoptar una Constitución que ha sido un modelo altamente seguido en Europa (se tuvo como patrón en la elaboración de las Constituciones en muchos países de Europa del Este tras la caída del comunismo) y en América (varias constituciones de la década de los noventa se inspiraron en la española de 1978).

Desde parámetros parecidos, se critican decisiones judiciales simplemente por razones ideológicas, sin que se razone el porqué de la crítica desde los parámetros jurídicos que la sostendrían. Desde posiciones irracionales se arenga a las masas, pretendiendo deslegitimar a las instituciones. Se divide a la sociedad en buenos y malos ciudadanos, según si apoyan emocionalmente el “bien” o el “mal” que se ha preestablecido previamente según si se concuerda o no con determinados objetivos. Se banalizan las conductas punibles porque, a juicio interesado de algunos, nunca cumplen con los indicadores precisos que tendrían que definirlas. Se pretende, en suma, con todas las tergiversaciones posibles, traicionar las garantías de democracia que tanto costó obtener. Y se pretende, también, deslegitimando los procedimientos, impedir que el sistema pueda mejorar, conservando lo que ha sido positivo y reformando lo que precise ser modificado. ¿Iremos a parar al Noveno Círculo? | TERESA FREIXES




divendres, 3 de novembre del 2017

El final del catalanismo político


En esta hora grave, el catalanismo político se enfrenta a una decisión letal: convertirse en un movimiento democrático y constitucional abandonando el supremacismo etnicista. Cambiar en días el sentido de su historia reciente, porque ha sido destruido por un Estado que ha tolerado durante décadas que no se aplicara la ley a la región.

La alcaldesa de Barcelona lo teorizó: "Desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas". Y a través de la educación [y los medios] se forjó un sentimiento de superioridad que ha llevado a miles de escolares a las calles a manifestarse contra el estado de derecho, un hecho insólito en Europa.

El catalanismo político ha sido destruido en su momento de gloria, cuando a través de un golpe de estado querían establecer su dictadura. Han perdido porque al final han conseguido que España, un país respetado, una democracia avanzada, se levante con todas sus instituciones y ya nada será igual. Y hasta el resultado de las elecciones es irrelevante porque esta oligarquía enloquecida tiene enfrente a un estado constitucional que no se va a rendir, a ningún precio.

Han perdido. No va a haber negociación política ni nada de nada. Nada. Solo les queda una cosa: rendirse, llorando, pero rendirse.

[C]

dimecres, 1 de novembre del 2017

La interminable amenaza populista: los comuno-podemitas se preparan para relevar al derrotado nacionalismo secesionista




El constitucionalismo, como concepción política y como modelo de sociedad está atenazado entre el nacionalismo secesionista y el populismo podemita.

El nacionalismo secesionista ha quedado "tocado" y con heridas graves. Su rearme ideológico se los van a prestar los populistas, porque en el fondo, el nacionalismo se confunde con el populismo, no sólo en métodos y tácticas sino en su propia concepción de la sociedad.

De ahí que tengamos que entrar en la "batalla de las ideas" y desenmascarar, levantando el velo que decimos los juristas, la pretensión de otra posible alianza en torno a ERC, que subirá mucho en votos y los "comunes" o podemitas varios. No tendrán suficientes diputados para conseguir una investidura y, para conseguirla, "camelarán" a todo bicho viviente, con especial interés en el PSC.

Si el bloque constitucional no es capaz de plantear estrategias comunes, dirigidas al rearme moral de una sociedad rota, fundamentadas en los valores constitucionales y europeos, la fractura social cambiará de color y de imagen, pero volverá a reproducirse.

Porque, no nos engañemos, los protagonistas esenciales serán quienes quieren "cargarse al régimen del 78". | TERESA FREIXES



El 155 no acaba nunca

Es evidente que en la pura apariencia de las cosas el marco de acción del 155 durará hasta principios del año próximo.

Será el gobierno del Estado el que dé trámite y cuenta del resultado electoral y el que con la mayor naturalidad democrática gestione el traspaso de poderes. El objetivo del 155 es la recuperación de la legalidad estatutaria y ese instante se materializará con la constitución del nuevo parlamento.

Entra dentro de lo probable, aunque ya veremos, que ese parlamento dé una nueva mayoría a los partidos independentistas. Pero esos partidos ya no podrán fijar su estrategia en el acoso revolucionario al Estado democrático, porque como lo demuestra la imposición del 155 y la propia huida a Bruselas de buena parte del gobierno tarado, la vía insurreccional a la independencia ha fracasado.

El separatismo podrá seguir luchando por el arraigo de sus despreciables ideas, pero deberá introducir sensibles cambios en su hoja de ruta. Deberá, por ejemplo, fiar sus objetivos políticos a la consecución en España de una mayoría de gobierno que facilite la convocatoria de un referéndum de autodeterminación.

Pero no parece posible que se empeñe en una nueva maniobra ilegal que llevara de nuevo a reactivar el 155: durante mucho tiempo ese artículo será el subtexto inesquivable de cualquier usurpación separatista.

Es probable que Cataluña esté dividida en dos mitades. Pero hay una que, además de las ideas nobles, tiene de su lado la ley. | ARCADI ESPADA


dilluns, 30 d’octubre del 2017

Cuando una masa de 'charnegos' y 'botiflers' salvó Cataluña del medioevo y la devolvió hacia un futuro de progreso y libertad




No ha sido el pelotón de soldados de Spengler sino una marea de ciudadanos iguales y diversos la que al final ha salido a la calle a 'salvar la civilización'. Una civilización democrática a la que llamamos Constitución.

Decenas de miles de 'charnegos' y 'botiflers', por segunda vez en pocas semanas, ocupamos el centro de Barcelona para intentar salvar Cataluña del medioevo. Para salvarnos de gobiernos maquiavélicos que rompen la legalidad democráticamente consensuada para imponer la suya particular, divisoria y excluyente. Para evitar ser llevados a un feudalismo nacionalista, identitario, etnicista y supremacista, que nos desgaja de España y de Europa y nos condena a la autarquía política, económica y social.

Catalanes, españoles y europeos. Ciudadanos de un proyecto común que apuesta por el progreso y no por el regreso. Que apuesta por la igualdad en libertad de los distintos y no por la creación de nuevas estructuras de poder basadas en la asimilación o la integración identitaria.

Los 'charnegos' y 'botiflers', hombres y mujeres, jóvenes y viejos, de derechas y de izquierdas, ricos y pobres, de la feria de abril y de la Diada de Sant Jordi, de la copla y de Serrat, cazurros y estirats, hemos salido de nuevo a la calle a 'pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo'. Algo tan nuevo y tan viejo como nuestra igualdad en la diversidad y nuestra voluntad de seguir siéndolo.





Textos íntegros de las querellas presentadas por el Fiscal General del Estado contra Puigdemont y Forcadell







dissabte, 28 d’octubre del 2017

La jugada maestra de Rajoy


Las caras de Junqueras, Puigdemont y Forcadell son el más nítido resumen de la jornada histórica de ayer en que proclamaron la República catalana independiente

De la misma manera que hay una izquierda genéticamente anti PP, existe una pequeña derecha, liberal o conservadora, física y metafísicamente anti Rajoy. Unos y otros son la expresión del rechazo urticario que provoca en la pureza ideológica el pragmático eclecticismo de Don Mariano.

Sin embargo, Rajoy ha demostrado ser no solo un corredor de fondo sino tener una envidiable, sorprendente y genial inteligencia política. La manera en que ha jugado la carta del artículo 155 se parece mucho a una obra maestra. Ni Maquiavelo la habría formulado mejor.

Por un lado, Rajoy anuncia simultáneamente la intervención de la autonomía catalana y la convocatoria de elecciones. De esa manera deja sin argumentos a los que, dentro y fuera, le acusan de querer liquidar el autogobierno catalán y pone a los independentistas contra las cuerdas. Si se presentan a las elecciones, mal. Si no se presentan, peor.

¿Cómo justificar que se envainan la proclamada República catalana para participar en unos comicios autonómicos? ¿Cómo justificar ante el mundo y ante sus electores más cuerdos que siguen adelante en su revuelta 'democrática' contra la 'opresión del estado español' cuando ese mismo estado opresor les ofrece la oportunidad de participar en unas elecciones libres, democráticas y con plenas garantías? ¿Querían o no querían votar, votar y votar?

Por otro lado, los independentistas no solo podrán votar en 55 días sino que incluso sus líderes rebeldes podrán presentarse como candidatos, aún que solo sea por el hecho que es muy difícil que la justícia haya podido inhabilitarlos antes del 21-D. ¡Más respeto democrático por los derechos humanos y políticos de los rebeldes, imposible!

¿Eso quiere decir que todos esos aprendices de golpista quedarán impunes? En absoluto. La rueda de la justicia es lenta pero imparable. Y todos ellos, según los delitos que determinen los jueces, se pasaran sus años en la cárcel.

Algunos dirán que lo anterior no resuelve el problema de fondo. Y es cierto. Pero pretender hacerlo a través del artículo 155 no es posible y los jueces no lo permitirían. El 155 no está concebido para rediseñar el poder autonómico sino para restaurar la legalidad en un momento dado.

Los cambios que se requieren para que lo ocurrido en Cataluña no se repita en el futuro deben hacerse con cambios legislativos más allá del 155. Cambios que requieren modificaciones estatutarias y, tal vez, constitucionales. Cambios que deberán abordarse una vez recuperada la normalidad institucional.



Puigdemont admite florentinamente su derrota


El mensaje de Puigdemont tras ser cesado no es, ni por el tono ni por el contenido, el de alguien que está plantando cara al Estado, de alguien que no se da por cesado y que sigue al frente del Govern de la República catalana. No. Ni tan siquiera ha realizado ese mensaje desde el Palau de la Generalitat, sino desde su casa en Gerona. Y no lo ha hecho porque sabe y asume que ya no es el President de Cataluña. De lo contrario podría ser acusado de un delito mucho más grave: el de rebelión. Es, pues, el mensaje de un derrotado. Un mensaje florentino en el que Puigdemont alega que solo el Parlamento puede destituirlo, pero en el que no niega que lo esté. Todo lo que hace es llamar a 'una oposición democrática' contra el 155 'respetando las protestas de los catalanes que no están de acuerdo con lo que ha decidio la mayoría parlamentaria'. Algo inédito en la retórica oficial independentista. Puigdemont acata el 155 y acepta el reto electoral del 21-D porque no puede hacer otra cosa que intentar evitar males mayores.





dimarts, 24 d’octubre del 2017

Rule and Law in Catalonia [Editorial del Wall Street Journal]


THE WALL STREET JOURNAL.- It’s a topsy-turvy world when an elected leader enforcing a democratic constitution gets accused of staging a coup, but then that’s Catalonia this month. Separatists are furious that Spanish Prime Minister Rajoy might suspend autonomous government and force a new election to resolve a separatist crisis in the northeastern region.

Separatists, led by regional President Carles Puigdemont, claim Catalonia voted for independence from Spain in a referendum this month. No such thing happened. A majority of the minority of Catalans who participated in a publicity stunt dressed up as an election said they want to secede. A constitutional court had ruled the exercise illegal before it happened. It was an attempt at mob rule.

Now Mr. Rajoy wants to protect the rights of the non-secessionist majority. The national Senate will vote Friday on Mr. Rajoy’s plan to invoke a constitutional clause suspending autonomous local government until new elections for a regional parliament can be held, perhaps in six months. In the interim, Madrid would take over responsibility for policing, taxation and most public administration.

It’s a draconian step, but Mr. Rajoy has little choice. The regional government abandoned its obligation to uphold Spain’s constitution when it authorized the phony vote. Mr. Puigdemont claims to want negotiations between Barcelona and Madrid, but he won’t say what he wants to negotiate. He has refused even to say whether he is declaring independence.

Mr. Rajoy owes it to loyal Catalans to call time on this farce. Though he may need to deploy a heavy police presence to quell violent protests, the focus should be on keeping streets safe, schools open and other public services functioning while preparing quickly for regional elections. The courts will weigh sedition prosecutions against individual Catalan officials in some cases. Two local police officials are under investigation for their failures to stop the illegal vote, charges they deny. Madrid should be judicious but not shy about enforcing the laws.

There is nothing undemocratic about this. A duly elected national leader is trying to afford all citizens the protection of the national constitution against a minority of rabble-rousers. The biggest threat to Spain—and to Europe—would be to set a precedent for allowing fake votes to tear real countries apart.

The virtue of Mr. Rajoy’s approach is that it would put Catalan voters firmly back in control, through a legal election. Those voters say they want to remain within Spain but they keep electing separatist local officials, presumably as a protest and on the assumption Madrid would hold the country together anyway. A new ballot offers Catalans a path out of this crisis by taking political responsibility for the union.




dilluns, 23 d’octubre del 2017

“Estic cansada d’amagar-me. Sóc una botiflera”


DIARI DE GIRONA.- Escric aquest article quan mig país està traient diners als caixers automàtics per aconseguir no sé ben bé què. Ahir, quan vaig llegir aquesta consigna que arribava per terra, mar i aire (en resum, traieu diners tots a la vegada) vaig plorar i tot. Avui ja se m'ha passat –no ploro i escric un article, que és més productiu.

No sé si cal que digui que la mesura és irresponsable perquè em sembla de jutjat de guàrdia; tenint en compte que l'han seguit milers de persones segurament sí. El sistema bancari és molt sensible, immensament. I jugar amb això és jugar amb foc. Per altra banda no sé qui es vol perjudicar amb aquesta acció. Perquè de moment, a dia d'avui, els únics perjudicats són les iaies que volien treure diners per anar al mercat i no han pogut perquè el caixer no tenia efectiu. Era aquesta la idea? Si algú s'espanta, quan hi torni a haver efectiu el traurà tot per no tornar-se a trobar en la mateixa situació. Suposo que tots veiem el perill –immens– d'això.

Si em quedava algun gen de la independència amagat en algun racó del cos, els últims mesos s'ha quedat fulminat. Que no hi ha fractura social? No; si quan no ets independentista t'amagues a sota d'una pedra, no n'hi ha.

Mireu, jo escric aquest article perquè estic cansada d'amagar-me. Com molts altres catalans, vinc d'un context molt independentista, molt. És el que he viscut tota la vida. Quan he aconseguit fer-me una mirada pròpia sobre les coses, una mirada crítica, la meva, he hagut de callar. Com tantes altres persones. Els grups de whatsap són un infern. TV3 és un pamflet independentista vergonyós. La distorsió de la realitat és important. Si en algun context m'atreveixo a parlar provoco com a mínim decepcions.

Estic cansada d'amagar-me. Aquí ho teniu, soc una botiflera, ja m'ho dic jo mateixa, no patiu. Però aprofiteu per reflexionar-hi una mica, perquè com jo hi ha molta, molta gent, moltíssima, que continua amagada a sota la pedra.

HELENA BOADAS*

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(*) Helena Boadas es filla de l'escriptora y ex diputada de ERC al Parlament, Maria Mercè Roca.

Vía Dolça Catalunya


dimarts, 17 d’octubre del 2017

Això volen? Tornar a sofrir, tornar a lluitar i tornar a perdre?

Què volen? Tornar a sofrir, tornar a lluitar i tornar a perdre? Això es el que volen? Volen que la Generalitat hagi de ser intervinguda? Volen escapçar el moviment independentista? Si creuen que la 'repressió' de l'1-O va ser tan 'brutal' com diu la carta de Puigdemont, perquè frissen encara per portar a la seva gent a l'escorxador?

Qualsevol amb dos dits de seny sap que a vegades cal fer un pas, dos o els que faci falta enrera per no perdre-ho tot. Qualsevol. Menys el Govern de Carles Puigdemont. 'Catalonia is different'. A mi, res no m'agradaria més que el nacionalisme català acabi d'una vegada per totes al femer de la història. Però que siguin ells mateixos els que es posin la corda al coll que els ha venut la CUP, ni en Kérenski!

L'actual Govern català i la seva vampírica claca associativa i mediàtica és d'una mediocritat infinita, d'una ignorancia política majúscula i d'un fanatisme neci. Més de dos i de tres creuen que ja han vençut i que qualsevol pas endarrera sería traïció. I més d'un està disposat a pasar a la historia dels màrtirs, reals o suposats, de Catalunya.

Crec, però, que la majoria encara no s'ha begut del tot l'enteniment. Han actuat com a irresponsables i alguns d'ells han comès, per activa o per pasiva, delictes contra la legalitat democràtica, pels que hauran de respondre. Pero crec que la majoria no es gent de tot o res. Al cap i a la fi, també són catalans. El que passa és que están allitats amb els rauxats de la CUP, l'ANC, l'Òmnium Cultural i part del PDCAT i reboten entre el martiri victimista i el martiri botifler.

Però encara son a temps de donar el pas i empènyer Puigdemont. Alguns, començant pels empresaris, ja ho estan fent. Fins i tot l'editor del diari independentista ARA diu que la DUI sería un error. Que s'afanyin, doncs. Només els queden tres dies. Sàpiguen, però, que si no donen el pas, enlloc d'assolir el martiri i l'honor el més probable es que acabin sense honor i sense martiri, el que ja seria la riota.



¿Esto es lo que quieren? ¿Volver a sufrir, volver a luchar y volver a perder?

¿Qué quieren? ¿Volver a sufrir, volver a luchar y volver a perder? ¿Esto es lo que quieren? ¿Quieren que la Generalitat tenga que ser intervenida? ¿Quieren descabezar el movimiento independentista? Si creen que la 'represión' del 1-O fue tan 'brutal' como dice la carta de Puigdemont ¿porque siguen teniendo prisa por llevar a su gente al matadero?

Cualquiera en su sano juicio sabe que a veces hay que dar un paso atrás, dos o los que haga falta, para no perderlo todo. Cualquiera. Menos el Gobierno de Carles Puigdemont. 'Catalonia is different'. A mí, nada me gustaría más que el nacionalismo catalán acabe de una vez por todas en el estercolero de la historia. Pero que sean ellos mismos los que se pongan la cuerda en el cuello que les ha vendido la CUP, ni Kérenski!

El actual Gobierno catalán y su claque asociativa y mediática es de una mediocridad infinita, de una ignorancia política mayúscula y de un fanatismo necio. Más de dos y de tres creen que ya han vencido y que cualquier paso atrás sería traición. Y más de uno está dispuesto a pasar a la historia de los mártires, reales o supuestos, de Cataluña.

Creo, sin embargo, que la mayoría aún no se ha bebido del todo el entendimiento. Han actuado como irresponsables y algunos de ellos han cometido, por activa o por pasiva, delitos contra la legalidad democrática, por los que deberán responder. Pero creo que la mayoría no es gente del todo o nada. Al fin y al cabo, también son catalanes. Lo que pasa es que están encamados con los 'rauxats' de la CUP, el ANC, Òmnium Cultural y parte del PDCAT y rebotan entre el martirio victimista y el martirio 'botifler'.

Pero aún están a tiempo de dar el paso y empujar a Puigdemont. Algunos, empezando por los empresarios, ya lo están haciendo. Incluso el editor del diario independentista ARA dice que la DUI sería un error. Que se den prisa, pues. Sólo les quedan tres días. Sepan, sin embargo, que si no dan el paso, en lugar de alcanzar el martirio y el honor lo más probable es que terminen sin honor y sin martirio, lo que ya sería el hazmerreír.