dilluns, 13 de febrer del 2017

El Fossar de les Moreres, un mito del catalanismo romántico



Hace pocos días se desató la indignación de los nacionalistas catalanes contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por la supuesta 'profanación' del Fossar de les Moreres, lugar en dónde se supone que están enterrados todos los defensores de Barcelona del asedio de 1714. Digo se supone debido a que no existe ninguna fuente documental que lo acredite. Se trata de un mito. De uno de los tantos mitos del catalanismo romántico. Una fantasía literaria con autor, fecha y lugar.


"A finales del siglo XIX el dramaturgo Frederic Soler y Hubert (conocido como "Pitarra"), de ideología catalanista conservadora (era partidario de la restauración de la monarquía) ganó los Juegos Florales de 1882 con una bonita poesía donde inventa una preciosa y fantasiosa historia (léase aquí) sobre como un enterrador y su nieto son los encargados de sepultar a todas las víctimas de 1714 en el Fossar de les Moreres y se niegan a enterrar a un soldado borbónico, ya que allí no querían a ningún traidor. Cuando se publicó nadie creyó que la ficción fuera cierta, obviamente.

Años más tarde, en 1913, un grupo juvenil nacionalista llamado "Los Néts Almogàvers", colocó una placa en el lugar con los primeros versos de la poesía de Pitarra y decidieron celebrar allí actos en conmemoración del 11 de septiembre creyendo que la poesía hacía referencia a hechos verídicos y que allí había una gran fosa común con todos los muertos de aquella guerra. La placa se vuelve a colocar en 1977; poco después, en 1983, el Ayuntamiento de Barcelona pretende remodelar el lugar, entrando en conflicto con grupos nacionalistas que lo consideran "tierra sagrada". Finalmente en 1989 la arquitecta Carme Fiol remodela la plaza con ladrillo rojo, representando la sangre de los soldados muertos. Posteriormente se añade un pebetero con una llama en 2001.

Según un documento de 1938 a principios de siglo XX se hicieron excavaciones en la Plaza donde aparecieron sólo tumbas de época romana y tardoantigua, seguramente relacionadas con la basílica paleocristiana. En los años 60, a raíz de obras en la iglesia, se hacen nuevas excavaciones donde se encuentran tumbas de los siglos IV-V. Ni rastro de la fosa de 1714".
Más en 'Reflexiones de un arqueólogo glamuroso'


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