dijous, 13 de juliol del 2017

Si tan seguros dicen estar de la legalidad de su ley de transitoriedad jurídica ¿de qué tienen miedo?




Carta de un ex conseller

Desde el ataque de sinceridad que terminó costándole el cargo al Conseller Baiget, sabemos que los miembros del Gobierno y algunos altos cargos de la Administración catalana sufren por sus patrimonios particulares. Un sufrimiento que, al parecer, se lleva en silencio y que se fundamenta en las reiteradas advertencias que tanto el Gobierno central, como la Fiscalía o el Tribunal de Cuentas, hacen a cada paso del anunciado Referéndum del próximo 1-O.

El miedo es legítimo, se han apresurado a decir públicamente diferentes miembros del Gobierno y del PDCAT, sin darse cuenta de la profunda contradicción en la que caían haciendo esta afirmación. Si los Consejeros y, por extensión, los altos cargos implicados confiaran de verdad en la ley llamada de transitoriedad jurídica que el soberanismo impulsando desde desde el Parlamento (o desde el Teatro Nacional), no deberían temer por sus patrimonios. Cuesta creer que el legislador, a la hora de proveer seguridad jurídica, se haya olvidado de los honorables miembros del Gobierno, ¿no? Así las cosas, nace una pregunta inquietante: ¿qué tipo de seguridad jurídica aporta la ley llamada de Transitoriedad al Proceso, cuando los mismos miembros del Gobierno no se consideran suficientemente amparados? O, peor aún: a la vista del escaqueo de medio Consejo Ejecutivo en todo lo que hace referencia a los preparativos del 1-O, ¿como pretende el Gobierno que los funcionarios se crean que esta ley los ampara y protege?

Cuando los miembros del Consejo Ejecutivo expresan sus miedos, conscientemente o no, están señalando con total nitidez que la legalidad que proporciona verdadera seguridad jurídica es la que se enmarca dentro del ordenamiento jurídico Constitucional al ser esta la única legalidad posible.

A estas alturas del Proceso, todo apunta a que estamos ante una monumental tomadura de pelo y de un irresponsable ejercicio de improvisación. En el capítulo de las contradicciones, si bien en un ámbito muy diferente, estos días hemos asistido a la celebración de una fructífera Junta de Seguridad de Cataluña para la que hay que felicitar al Gobierno. Estaría bien, sin embargo, que alguien nos explicara porque nuestro Gobierno, que dice querer irse de España, vincula más estrechamente nuestra Policía a los organismos estatales. A veces, los misterios del Proceso son inescrutables.

Este artículo (original en catalán, aquí) ha sido enviado a e-noticies por un ex consejero de la Generalitat que prefiere mantener el anonimato. Traducido por @CatalanAnalyst








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