dimarts, 17 d’abril del 2018

'Remenar les cireres'







'Remenar les cireres'
[Cortar el bacalao]

Que Francisco Vergés fuera alcalde de Sant Pere de Torelló entre 1956 y 1965, no convierte a su nieta, Marta Rovira, en franquista. Al igual que tampoco es franquista Pere Aragonés, aunque su abuelo fuera nombrado alcalde de Pineda de Mar en 1963. Ni es una entidad franquista Òmnium Cultural, por mucho que uno de sus fundadores, José María Coll, fuera alcalde de Sant Celoni entre 1959 y 1966, y otro, Felix Millet Maristany, presidente del Banco Popular y conocido cono "el Generalísimo", tuviera una estrecha relación con la Falange.

Quiere decir, sencillamente, que son los que siempre han cortado el bacalao, los que han mandado en este país de toda la vida. Así lo demuestran trayectorias familiares como las de Lluís Llach, con un bisabuelo que fue jefe carlista de la provincia de Girona, un abuelo miembro del somatén de Sant Martí Vell y un padre que formaba parte del requeté antes de que lo nombraran alcalde de Verges.

Pero el mundo ha cambiado y el bacalao cuesta más de cortar. De vez en cuando alguien les para los pies. Reaccionan como adolescentes malcriados ante las negativas y no entienden el por qué no pueden hacer y deshacer sin dar razones, como hacían sus padres y sus abuelos.

Este es el motor de la extraña revolución que vive Cataluña. Hacer que manden los de siempre. Como en el Gattopardo, que todo cambie para que todo siga igual. El gran drama es que, como en esta magnífica novela de Tomaso di Lampedusa, al final los cambios suelen imponerse, y aquellos que intentan poner puertas al campo para mantener las manos en el cesto de las cerezas acaban inmersos en la irrelevancia casi sin darse cuenta, pero creando por el camino un sufrimiento que padecen los demás. | JAUME MORENO

Artículo original en catalán, aquí



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